No falla Carlos Alcaraz. En los seis torneos anteriores disputó la final, también en el séptimo alcanzó consecutivamente la penúltima ronda, con la esperanza de dar un paso más en el Masters 1000 ATP de Cincinnati, de repetir la final de 2023, que entonces perdió con Novak Djokovic.
A la espera de rival para las ‘semis’ del sábado, el estadounidense Ben Shelton o el alemán Alexander Zverev, Carlos Alcaraz fue muy contundente en su análisis de la sufrida victoria contra el ruso Andrey Rublev, por 6-3, 4-6 y 7-5.
«Por eso estoy sonriendo. Sabía que iba a ser una batalla, un partido muy duro, en condiciones extremas (por el calor), pero también me gusta jugar en este ambiente en la grada, vivir este tipo de experiencias», señaló Alcaraz antes de abandonar la central.
Y apuntó a la clave: «Mantuve la mente positiva, estuve fuerte mentalmente después de un par de momentos en los que perdió la concentración, el foco».
Recordó «el juego en el que perdí el saque en el segundo set. Cuando le das dos o tres puntos a Rublev, te cuesta el set». Como así fue. Tampoco le gustó que «con 5-3, sacando para partido, me devolvió el break. No jugué bien, volví a perder el foco».
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Pero «mis pensamientos siempre fueron positivos», redunda un Alcaraz que enseña su euforia. Está en el pulso de Cincinnati, en la carrera por quitarle el número uno mundial al italiano Jannik Sinner. Abriendo la opción matemática ya en el US Open.