Según la última encuesta sobre Desconexión digital elaborada por InfoJobs, la plataforma de empleo líder en España: el 63% de los trabajadores declara no desconectar durante su descanso vacacional, un porcentaje mayor al de 2024, cuando se registró un 59%.
Y es que, como nos explica el doctor Xavier Fàbregas, «el uso excesivo de pantallas aumenta la angustia porque estamos sometidos a un bombardeo constante de información. Principalmente, son noticias desagradables, como lo que sucede con las guerras o con los desastres naturales».
No solamente esto, sino que muchas veces «accedemos a contenidos donde nos muestran vidas maravillosas, cuerpos sin ningún tipo de defecto, que hacen que, al compararnos, muchas personas se sientan inseguras y además más desgraciadas, precisamente porque su realidad no es la misma que se refleja en esas pantallas donde todo parece fantástico y maravilloso», señala el especialista.
Por eso, es fundamental llevar a cabo una dieta digital porque el uso de dispositivos móviles, especialmente durante las vacaciones, «reduce la actividad física por ser una actividad sedentaria. Por lo tanto, se está haciendo algo que no permite gastar esa energía que se consume al hacer deporte o realizar otras actividades, ya que es algo que se hace de forma pasiva».
Además, hay otros aspectos problemáticos, ya que al ser informaciones rápidas pueden desarrollarse problemas de atención. El cerebro se acostumbra a esos impactos cambiantes y rápidos que buscan captar la atención, porque cada vez las personas son menos capaces de mantener la atención de forma sostenida.
«Se van diseñando de forma automática contenidos cada vez más escandalosos y llamativos para que no perdamos ese contacto. Esto condiciona también una manera de estructurar el cerebro que ya no tiene paciencia para esos tiempos más lentos y necesita un estímulo continuado para mantener la atención», recalca el doctor Fàbregas.
Todos los beneficios que aporta la desconexión digital
El mayor beneficio es «recuperar la posibilidad de buscar otras formas de divertirse, socializar y conectar. Todas esas alternativas serán maneras distintas a las que se han utilizado durante todo el año para tener la atención puesta en las pantallas».
- Descubrir juegos y tener curiosidad por otras cosas que tienen otros tiempos es absolutamente beneficioso para ese cerebro que ya está condicionado a estar pendiente de toda esa información continua que nos llega a través de las redes y los dispositivos que nos las hacen accesibles.
- Probar y conocer otras formas de ocio puede ser muy valiosa para personas que no han intentado realmente descubrir otras capacidades distintas a las que se usan cuando se interactúa con pantallas, como teléfonos móviles o tabletas.
Muchas personas no desconectan digitalmente, lo que les impide disfrutar de las vacaciones / Rober Solsona – Europa Press – Archivo
¿Cómo podemos aplicar una dieta digital sin que sea estresante?
Debe plantarse, recalca el especialista, como un acto consciente, «en el que vamos a notar una dificultad inicial, pero precisamente porque es un nuevo hábito, cuando lo vayamos desarrollando de forma paulatina veremos que no es tan difícil como parecía».
- La manera más sencilla es tener primero muy claro cuánto tiempo del día se utiliza para esas pantallas y reducirlas a las actividades realmente necesarias. Por ejemplo, una persona que tiene un trabajo que obliga a estar conectada, como un periodista, que necesita saber lo que pasa, podría limitar ese acceso a unos minutos al día que satisfagan esa necesidad de información, pero sin estar continuamente conectada.
También es importante algo tan simple como «no llevar el móvil todo el día cuando hacemos otras actividades, y plantear que por unas horas no se va a permitir ese acceso. El móvil o el ordenador pueden quedarse en casa, no hace falta llevarlos a la playa, cuando vamos en bicicleta o realizamos otras actividades».
«La excusa habitual cuando estamos desconectados es que si pasa algo grave no podremos saberlo. Pero tan sencillo como pedir a otra persona que nos deje hacer esa llamada o entrar a un lugar donde nos puedan facilitar el acceso al dispositivo en caso de una urgencia real«, señala el doctor Fábregas, quien hace hincapié en que hay que tener claro que habrá dificultades para la desconexión, porque estamos muy acostumbrados y además los dispositivos están diseñados para captar nuestra atención.
- «Mantener ese beneficio hace que valga la pena ponerla en marcha. No tiene por qué ser estresante, y si lo fuera, eso debería alertarnos sobre la dependencia que se ha generado durante todo el año con estos dispositivos».
Alternativas saludables para desconectar en verano
- Para personas que no habían jugado nunca, probar nuevas actividades puede ser un descubrimiento.
- Actividades físicas que relajan y promueven la producción de endorfinas, sustancias que nos dan bienestar, como hacer ejercicio físico durante más de 40 minutos, ir a pasear, arreglar el jardín, observar pájaros, hacer manualidades o construir una maqueta.
- En el caso de los niños, actividades como hacer una cabaña o cocinar, que requieren atención pero no la inmediatez de la pantalla, son alternativas saludables.
- Otras posibilidades alternativas pueden ser dibujar, hacer música, cantar… Todas esas cosas que hemos dejado de hacer porque estamos siempre absortos frente a una pantalla.
Estas alternativas «nos enseñan que hay otras maneras de disfrutar y ocupar el tiempo, distinto a la forma banal de observar historias en la pantalla que muchas veces no son las que elegimos, sino las que nos ofrecen los algoritmos», matiza el doctor Xavier Fàbregas.