El viento sur crea una corriente de chorro que, este viernes, propaga el humo de los grandes incendios de esta provincia y de Portugal hasta sepultar el territorio de Lugo y Ourense bajo una cúpula de humo y aire de mala calidad.
Según datos de Meteogalicia consultados a las 15.30 horas, el estado del aire que respiramos era «malo» en la ciudad de Ourense y en Xinzo de Limia. En Laza, el nivel era «pésimo». Este punto de registro se ubica cerca de los megaincendios del Macizo y el sureste, que devoran decenas de miles de hectáreas.
Imagen de satélite con la corriente de humo. / ZOOM EARTH
Bebés, niños, mayores y enfermos crónicos, los colectivos vulnerables
El servicio de Neumología del hospital de Ourense recomienda precaución y medidas preventivas a los pacientes que sufren patologías respiratorias, que la exposición al humo generado por los incendios puede agravar.
El aire contaminado por los restos del fuego está compuesto por una mezcla de gases y partículas microscópicas que se desprenden de la vegetación en llamas. El humo puede irritar los ojos, el sistema respiratorio y agravar la situación de las personas que padecen enfermedades cardíacas y pulmones crónicas. Un perfil bastante habitual en Ourense, una de las áreas sanitarias más envejecidas de Europa. Pero hay más colectivos vulnerables: bebés, niños, mujeres embarazadas, personas mayores en general y pacientes que padecen enfermedades como asma, enfisema, EPOC o problemas de corazón.
Entre los síntomas más frecuentes que causa la exposición al humo tóxico de los incendios se encuentran la tos, la irritación de los ojos, la nariz y la garganta, así como incluso sensación de falta de aire, dolor de pecho y cabeza, fatiga o respiración con silbido. Incluso las personas jóvenes y sanas pueden presentar molestias cuando la concentración es elevada.

Un ambiente infernal en el incendio entre Oímbra, Monterrei y Cualedro, este viernes. / ROSA VEIGA / EP
Recomendaciones
El hospital de Ourense indica varias recomendaciones ante situaciones como la actual, con el humo de los incendios inundando la atmósfera. Se debe limitar al máximo la exposición; mantener las puertas y ventanas cerradas y permanecer en los interiores; evitar actividades que eleven la contaminación dentro de casa, como encender velas o pasar el aspirador, así como no fumar.
El servicio de Neumología desaconseja el uso de máscaras contra el polvo, paños ni ropa como protección, puesto que no resultan eficaces contra el humo. Si una persona pertenece a uno de los colectivos de riesgo y ve agravados los síntomas, debe contactar con el médico y seguir el tratamiento.
El hospital de Ourense también hace recomendaciones relacionadas con la salud visual. El servicio de Oftalmología del CHUO aconseja medidas preventivas y tratamientos tempranos para proteger los ojos del humo de los incendios, que puede causar daños graves, una exposición de la que deben cuidarse, sobre todo, personas con patologías previas en los ojos, así como los niños y los mayores.
Los gases tóxicos, las cenizas y las micropartículas por la combustión de madera y otras plantas pueden depositarse en la superficie ocular, provocando irritación, ojos rojos, picor y sensación de la presencia de un cuerpo extraño, lagrimeo excesivo y ojo seco, debido en este caso a la alteración de la película lagrimal.
Otros efectos posibles son la inflamación de la conjuntiva así como el agravamiento de patologías previas, como la blefaritis o el síndrome del ojo seco. En casos de exposición intensa o prolongada puede verse afectada la córnea con queratitis, visión borrosa y, en casos graves, riesgo de lesiones permanentes.
Cómo proteger los ojos
Con síntomas de irritación es bueno lavar los ojos con agua limpia o suero fisiológico, emplear lágrimas artificiales sin conservantes para hidratar y proteger, así como evitar frotar los ojos, porque esa acción puede empeorar la lesión. Con dolor intenso, visión borrosa o secreción abundante, consultar inmediatamente con un oftalmólogo para evaluar tratamientos con colirios antiinflamatorios o antibióticas.
Para minimizar el riesgo, el hospital de Ourense recomienda permanecer en interiores, con puertas y ventanas cerradas; emplear sistemas de filtrado del aire; si es necesario salir, usar gafas cerradas o de protección; evitar actividades físicas intensas al aire libre durante episodios de alta concentración de humo; así como reforzar la lubricación con colirios protectores, un consejo para personas que presentan patología ocular crónica.