La AEMET mantiene activo el peligro por incendios hasta el lunes

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha avisado de que el peligro de incendios «muy alto o extremo» seguirá en la mayor parte de España hasta el lunes, mientras dure la ola de calor.

«Este viernes, peligro de incendios muy alto o extremo en la mayor parte del país. El peligro seguirá en niveles muy altos o extremos durante el fin de semana y el lunes, días en los que continúa ola de calor que nos afecta desde comienzos de mes», ha señalado el organismo estatal a través de un mensaje en la red social ‘X’, antes conocida como Twitter.

 

Los bomberos, precarizados en toda España

Los bomberos forestales, primera línea de defensa contra la ola de incendios que se extiende por toda España, arriesgan su vida para defender los pueblos y a sus ciudadanos. Tal y como ellos mismos han expresado en reiteradas ocasiones, no son una especie de héroes a los que recurrir cuando la cosa se pone fea. Son trabajadores que no pueden alimentarse de pasión, aplausos, fotografías con políticos o agradecimientos públicos. Aunque poco más les queda, a parte de los mal llamados bocatas que están recibiendo como avituallamiento tras jornadas maratonianas, con los miserables sueldos que perciben a lo largo y ancho de todo el país, al albur de un servicio generalmente privatizado.

Desde noviembre de 2024 está vigente una ley básica que regula su actividad, la 5/2024, pero actualmente “no se aplica en ninguna” de las 17 comunidades autónomas (CCAA). Así lo han relatado varios bomberos forestales de diferentes localizaciones, que luchan en diferentes territorios por sus derechos, a ElPlural.com. La temporalidad también es un mal endémico y nacional del sector que se justifica porque “mantener el operativo de incendios todo el año es absurdo y un despilfarro”, según el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones.

Una explotación laboral que los bomberos pagan a diario con sueldos que apenas superan los 1.000 euros, con contratos que para gran parte de las plantillas solo dura los cuatro meses de la campaña de verano, con jornadas de más de 12 horas que no cuentan con una contraprestación digna o sin el reconocimiento de su categoría profesional. Muchos territorios, como la Comunidad de Madrid o Castilla y León, principales enclaves afectados y donde peores condiciones sufren los profesionales, se lavan las manos y entregan el servicio a una concesionaria a la que no encargan labores de prevención ni un buen trato a los trabajadores.

 

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