aumentan la factura de la luz sin que te des cuenta

En casi todas las casas existe un enemigo invisible que trabaja en silencio las 24 horas del día. No hace ruido, y no da señales evidentes de actividad, pero mes a mes consigue colarse en la factura eléctrica, sumando euros sin que apenas lo percibas. 

 Proviene de aparatos y dispositivos que, aunque no los estés utilizando, siguen gastando energía simplemente por estar conectados. Es un gasto silencioso y constante que muchas veces se subestima, pero succiona como si de Drácula se hablara.

¿Qué son los electrodomésticos vampiros?

Estos electrodomésticos  son aparatos que siguen consumiendo electricidad incluso cuando no están en uso o parecen apagados. Este fenómeno se debe a que, al permanecer conectados a la red eléctrica, continúan alimentando ciertos componentes internos, como relojes digitales, sistemas de actualización automática o modos de encendido rápido. 

Ejemplos típicos incluyen televisores, consolas, cargadores de móviles, microondas y ordenadores en modo de reposo. Aunque cada dispositivo consume una cantidad pequeña por separado, al sumar todos los aparatos presentes en un hogar, el gasto puede convertirse en un porcentaje significativo de la factura. 

Impacto en la factura

 El impacto de los electrodomésticos vampiro en la factura de la luz es mucho mayor de lo que suele creerse. Según la Agencia Internacional de la Energía, este consumo invisible puede representar entre el 5 % y el 10 % del gasto eléctrico de un hogar medio, aunque en viviendas con muchos dispositivos conectados de forma permanente, la cifra puede acercarse al 20 %.

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 Estudios recientes en España estiman que esto puede traducirse en un gasto extra de hasta 180 euros al año, simplemente por dejar aparatos en modo espera o enchufados sin utilizarlos. Por ejemplo, un televisor inteligente puede consumir entre 1 y 3 vatios en reposo, un router unos 6 vatios de forma continua, y un cargador de móvil conectado sin uso alrededor de 0,3 vatios.

 Si se multiplican estos consumos por las horas del día y por el número de dispositivos presentes en un hogar, el resultado es un gasto constante que, mes a mes, incrementa de forma silenciosa la factura. 

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