Un equipo de investigadores de Alemania revela las diferencias clave entre las baterías de Tesla y BYD

En la carrera por liderar la movilidad eléctrica, no todo se reduce al diseño o la autonomía declarada. Las baterías, por ejemplo, están marcando la diferencia entre fabricantes. Por eso, un equipo de investigadores alemanes ha decidido ir al detalle: desmontar y analizar las celdas de Tesla y BYD, dos referentes del sector, para entender qué las hace únicas y cuál rinde mejor.

El estudio, desarrollado por la Universidad RWTH Aachen y liderado por Jonas Gorsch, se centró en los aspectos más críticos de estos sistemas: materiales, densidad energética, eficiencia térmica y coste de fabricación. Y los resultados son reveladores.

Tesla y BYD, cara a cara en el mercado europeo

Las baterías de Tesla (concretamente las celdas 4680) están compuestas por una química NCM811 (níquel, cobalto, manganeso y litio), mientras que BYD utiliza en sus Blade Battery una fórmula LFP (fosfato de hierro y litio), más sencilla y estable. En ambos casos, se trata de celdas de última generación, pero con filosofías de diseño diferentes.

Una de las sorpresas fue la ausencia de silicio en los ánodos, un material que la industria considera clave para mejorar la densidad energética. «Nos sorprendió no encontrar contenido de silicio en ninguna de las celdas», señaló Gorsch. No obstante, Tesla mantiene una clara ventaja en este campo: su batería ofrece hasta 1,8 veces más densidad energética por volumen frente a la de BYD.

Sin embargo, la eficiencia térmica y la pérdida de energía fueron los puntos fuertes de BYD. Las pruebas mostraron que, a igual tasa de carga (tasa C), las celdas Blade perdieron la mitad de energía por volumen en comparación con las de Tesla. Esto se traduce en una gestión térmica más eficiente, lo que favorece la durabilidad y estabilidad del sistema.

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Otro punto clave fue el coste. Las celdas LFP de BYD, aunque más grandes, permiten una producción más económica gracias a sus materiales menos costosos y un diseño más sencillo. Tesla, por su parte, apuesta por la alta tecnología y la compacidad, pero a un mayor precio.

En definitiva, Tesla destaca en densidad energética y rendimiento puro, mientras que BYD ofrece mejor eficiencia volumétrica y térmica, a un coste más competitivo. Dos enfoques distintos, ambos válidos, que reflejan las estrategias con las que cada fabricante busca conquistar el mercado eléctrico.



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