En cualquier calle, sobre el parabrisas de un coche o pegado a una farola, es fácil encontrar un papel con letras apresuradas: “Busco piso para comprar. No importa estado, me urge”. El mensaje parece el de un vecino que quiere hacerse con una vivienda, pero una investigación de La Tarde de COPE ha revelado que detrás de muchos de estos carteles no hay un particular, sino inmobiliarias camufladas.
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La periodista Pilar García Muñiz recibió uno de estos anuncios en su barrio y, junto al equipo, decidió llamar al número. La respuesta no dejó lugar a dudas. “Lo que estamos tratando de localizar son propiedades para poder mostrárselas”, confesó la persona al otro lado, reconociendo que eran una agencia. A pesar de que en el papel aparece la frase “abstenerse agencias”, en realidad es la pista que utilizan para justificar, de forma poco convincente, que ellos mismos lo son.
Fernando Bonete contaba que el mismo cartel circula en barrios como Sanchinarro, siempre con la misma caligrafía y mensaje. La explicación que la agencia dio a Íñigo Palomar no dejó indiferente: “Si les decimos que somos inmobiliarias, se niegan a hablar con nosotros. Así es más fácil tener una primera toma de contacto”. Un anzuelo diseñado para que el propietario crea que negocia con alguien que comprará directamente su vivienda.
Un anuncio de un parabrisas que dice: «Busco piso para comprar, no importa estado»
Publicidad alegal y desconfianza creciente
La presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros, Patricia Suárez, explicó que este tipo de prácticas son “alegales”. No existe una prohibición directa, pero “están engañando a la gente” porque muchos vendedores rechazan pagar la comisión de una agencia y prefieren vender por su cuenta. El problema, señala, es que el contacto inicial está basado en un engaño que deteriora aún más la confianza en el sector.
Suárez recuerda que, en otros tiempos, tras estos carteles se escondían compradores con mucho efectivo que buscaban blanquear dinero. Hoy, sin embargo, el control de Hacienda sobre el uso de efectivo ha reducido esas operaciones, dejando paso casi exclusivamente a inmobiliarias que intentan captar clientes por vías menos transparentes.
El disfraz del particular
El objetivo es claro: sortear la resistencia de los propietarios a trabajar con agencias. “Cuando la gente no confía en las inmobiliarias, vamos a mentirles para que hablen con nosotros”, ironizaba García Muñiz sobre la lógica de estos métodos. Un escenario que, según advierte Suárez, se ve impulsado por la facilidad que ofrecen los portales de internet para vender un piso sin intermediarios, algo que muchos particulares prefieren para ahorrarse costes.

Vista de un cartel de ‘Se vende’ en un portal de Madrid
La recomendación para los vendedores es clara: si reciben un mensaje de este tipo, comprobar quién está realmente detrás antes de dar cualquier paso. Como se detalla en el audio completo de la investigación, la transparencia sigue siendo la mejor defensa en un mercado inmobiliario donde los trucos de captación se renuevan, pero no siempre con ética.
Para profundizar en los retos de quienes buscan comprar o vender en la capital, puede consultarse el caso de Carlos y la compra frustrada de su vivienda en Madrid, así como la advertencia sobre gangas inmobiliarias con okupas y los consejos de un directivo del sector para no arruinarse en la compra.