Pese a la relativa -o, más bien, tensa- calma de las primeras horas, hacia el mediodía las zonas calientes volvieron a desprender un fuerte humo. De nuevo, la incertidumbre en el corazón de los vecinos de varios pueblos de Cangas del Narcea, tras una tarde y una madrugada en vilo por el fuego que se acercó a sus casas y asedió el emblemático santuario de El Acebo.