Los beneficios que la organización supuestamente liderada por Stefan Milosevic eran tan ingentes que los investigadores creen que el 1.400.000 euros en efectivo intervenidos a uno de ellos esta semana sería solo una pequeña parte. La trama había creado media docena de sociedades con las que pretendía adquirir hoteles y restaurantes en Mallorca y la península, construir viviendas y adquirir coches de lujo. En estas maniobras Milosevic estaría asesorado por el abogado Gonzalo Márquez, también detenido en la operación y cuyas oficinas fueron registradas por agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil el pasado lunes. El tercer puntal de la trama sería el inspector de la Policía Nacional Faustino Nogales, exjefe del Grupo de Estupefacientes, que supuestamente les informaba sobre las investigaciones en curso.
La operacion «Manso, Primo-Enroque Bal» llevaba cerca de dos años gestándose por parte de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que unieron sus fuerzos para destapar una compleja organización de narcotraficantes que estarían blanqueando los enormes beneficios que obtenían con la introducción en España de grandes partidas de droga y que, según los investigadores, tenía una gran capacidad de infiltración en los cuerpos policiales. Entre la quincena de detenidos están, además de los miembros de la banda de narcos, un abogado, un inspector de la Policía Nacional y un agente de la Policía del Puerto.
Los responsables de la investigación sitúan en la cúspide de la banda a Stefan Milojevic, que junto a siete personas más, entre los que está su hermano Luka, presuntamente se dedicaban a la introducción en España de grandes partidas de droga.
Los agentes consideran que la organización era la responsable de un alijo de 675 kilos de cocaína que fue desembarcada en Eivissa de un barco mercante y posteriormente trasladada en un camión en ferry a Valencia, donde fue intervenida el pasado mes de julio. También estarían detrás de un alijo de 200 kilos de hachís capturado en Eivissa a finales de 2024. La droga era tanto distribuida entre otros clanes de narcotraficantes, tanto en Mallorca como en la península.
Estas actividades les habrían generado enormes beneficios, hasta el punto de que los investigadores consideran que los 1.409.000 euros en efectivo intervenidos durante la operación serían solo una pequeña parte.
Para dar una apariencia legal a este dinero presuntamente contaron con el asesoramiento de Gonzalo Márquez, abogado que le había defendido en anteriores procesos por tráfico de droga, y que habría constituido media docena de sociedades con las que pretendían adquirir diversos hoteles en Malorca, Pamplona y en la localidad de Almansa (Albacete), así como un restaurante. También gestionaron la compra de un terreno para construir una casa y la adquisición de vehículos de lujo.
Los investigadores refuerzan la idea de la complicidad del abogado Gonzalo Márquez con algunas conversaciones entre él y Milosevic, en las que el segundo comenta en modo de broma que la Policía ignora que tiene su base de operaciones en el Paseo Mallorca, 8 de Palma, donde el abogado tenía sus oficinas, y que finalmente fueron registradas por Policía y Guardia Civil el pasado lunes.
Márquez, representado por el letrado Tomeu Salas, fue uno de los pocos detenidos que prestó declaración cuando fue puesto a disposición judicial. En una deposición que se prolongó cerca de dos horas, achacó sus conversaciones con Milosevic a las propias que tiene un abogado con su cliente, referidas siempre a varias causas penales que tiene pendientes.