Una investigación realizada en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) demuestra que el FDG-PET, una técnica de imagen utilizada habitualmente en los hospitales para diagnosticar varias patologías, entre ellas el cáncer, también permite monitorizar el desarrollo y la evolución de la aterosclerosis, la acumulación silenciosa de placas de grasas, colesterol, células y otras sustancias en las paredes de las arterias, que suele ser la causa principal de la mayoría de infartos e ictus.
El FDG-PET es una técnica de tomografía por emisión de positrones que utiliza un derivado de la glucosa, marcado radiactivamente, para detectar la actividad metabólica de los tejidos y la cantidad de energía que consumen las células. En este nuevo estudio, los autores demuestran que la señal detectada por esta técnica también refleja el metabolismo celular de las lesiones ateroscleróticas y no únicamente la presencia de inflamación, como se pensaba hasta ahora.
“La técnica refleja el nivel de actividad de las células de la lesión aterosclerótica, y por tanto puede servir como una herramienta sensible para evaluar el efecto de tratamientos o el riesgo de progresión de la enfermedad”, explica Paula Nogales, investigadora del CNIC y autora principal del trabajo, junto a Jacob Bentzon, líder del grupo en el CNIC y la Universidad de Aarhus (Dinamarca).
El hallazgo, que ha sido publicado la revista ‘Science Translational Medicine’, abre la puerta a aprovechar una técnica y unos equipos presentes ya en muchos hospitales españoles, para mejorar el seguimiento clínico de la aterosclerosis, una de las principales causas de las enfermedades cardiovasculares, las patologías que cada año provocan más muertes en España.
Los tratamientos
Asimismo, según los investigadores, puede servir para acelerar el desarrollo de nuevos tratamientos dirigidos a una patología invisible pero potencialmente mortal, dado que en la actualidad existen terapias eficaces para frenar el avance de las placas en las arterias pero es difícil evaluar, con precisión, si la intervención médica está funcionando y cómo cada paciente.
Para llevar a cabo la investigación, los científicos desarrollaron un modelo experimental de aterosclerosis avanzada en animales transgénicos, cuya enfermedad pudo revertirse parcialmente con una dieta equilibrada y el uso de fármacos, similares a los que se utilizan en pacientes. Durante el proceso de regresión de la patología, la señal de los equipos FDG-PET disminuyó de manera significativa, paralelamente a la reducción de genes relacionados con el metabolismo de la glucosa en diversos tipos celulares de la placa. De ahí que los investigadores concluyan que el uso de esta técnica de imagen puede servir para monitorizar la evolución de la aterosclerosis.
Suscríbete para seguir leyendo