Algo tiene el escenario que rejuvenece; que se convierte en la mejor arma contra el edadismo y que lleva a octogenarios como Tom Jones a seguir emocionando y haciendo bailar con sus canciones a más de 4.600 personas durante dos horas, como hizo el cantante galés en la noche del miércoles en la Plaza de Toros de Alicante.
Hay quien dice que esta quizá sea la última gira internacional del llamado Tigre de Gales, que lleva a sus espaldas seis décadas de carrera musical, pero nadie allí presente creería que el artista de pelo ensortijado, ahora canoso, de ojos azules y tez morena, a sus 85 años, y con su poder de seducción casi intacto, estuviera pensando en una retirada.
El nombre de la gira de Jones, Defy Explanation Tour (El tour que desafía la explicación) ya avisa de que lo que va a ver el público no tiene explicación porque, si algo queda claro tras el concierto, es que el cantante británico es una leyenda de los escenarios en plena forma, que sigue manteniendo una voz portentosa, la que le encumbró como figura de la canción a mediados de los años sesenta, y que ha sabido adaptarse a los tiempos sin ceder a las tendencias del momento.
En Alicante presumió de edad y se rió de sí mismo cuando hace dos años, en el 90 cumpleaños de Willy Nelson, se sorprendió de que este aún cantase. «Ahora tengo 85 y no me siento viejo en absoluto», sentenció Jones ante el clamor del público. Un público en buena parte de origen británico, de vacaciones o asentado hace años en la provincia que, como el resto de la audiencia, era probablemente más joven que el artista subido al escenario.
Sin puntualidad inglesa pero ajustada al horario español, el concierto arrancó a las 21.45 horas con una humedad en el ambiente que elevaba la temperatura a los 28 grados y el público en pie para recibir a su ídolo al son de los compases de I’m Growing Old (Me estoy haciendo viejo) -al igual que hace dos años en este mismo escenario- y el «Noooo» de los asistentes.
Tom Jones agradeció el recibimiento y dijo estar «muy contento de estar aquí otra vez, en Alicante», para a renglón seguido remontarse al año 1965 y al inicio de su carrera con su primer número uno, It’s not unusual, que presentó con un toque groove y arreglos de acordeón. Igual que después sonó una refrescante Sex Bomb con otra sonoridad que hizo bailar al público rematado con los gritos del galés; o una versión de Delilah con un tono rumbero festivo que hizo las delicias del público. Un veterano como él se puede permitir variar canciones de hace seis décadas y que sigan gustando a sus fans.
El galés recorrió también algunos temas más recientes incluidos en su último álbum de 2021 (Surrounded by Time), con el que logró ser «la persona más vieja número 1 en Reino Unido», bromeó. Desgranó canciones propias y versiones de Cat Stevens (Pop Star), Bob Dylan (One More Cup of Coffe) o The Waterboys (This is The Sea), además de homenajes a Willy Nelson o Dusty Springfield.
Tom Jones se sintió como en casa en la plaza de toros. Seguramente ayudó la presencia del público británico, e incluso se lanzó a contar un chiste picante que entendieron mejor sus compatriotas que los locales. Triunfó con sus éxitos de siempre y con canciones menos bailables en las que exhibió la musculatura de su voz prodigiosa. A sus 85 años.
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