J. Safra Sarasin alerta: todavía no se han visto los efectos de los aranceles de Trump

La economía global sigue atravesando un mar embravecido. La guerra comercial desatada a comienzos de año por Donald Trump se ha hecho notar en los mercados mundiales, que se han sumido en la incertidumbre debido a los múltiples y continuos aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos. Y es que, si bien las tarifas de Trump están dando forma a la economía mundial, no todos sus efectos se han reflejado.

Karsten Junius, economista jefe de J. Safra Sarasin Sustainable AM, cree que, hasta ahora, esos efectos han sido «benignos». Por un lado, las empresas han publicado resultados positivos para el segundo trimestre. Por otro, los mercados de valores se encuentran cerca de sus máximos históricos en muchos países. Ello les ha empujado a revisar al alza las estimaciones del PIB estadounidense para este año.

No obstante, la gestora suiza tiene claro que esta situación no es real y que los efectos negativos del aumento de los aranceles se hagan visibles en los próximos meses, tanto en la inflación estadounidense como en los datos comerciales y de producción de sus socios comerciales.

Si bien la mayoría de los titulares los copa la tregua arancelaria con China, no conviene olvidar que EEUU viene de elevar los llamados aranceles recíprocos a decenas de países. Sin olvidarnos de las tarifas que se aplican a productos como los semiconductores o automóviles; a materias primas como el acero o el aluminio; u otros aranceles especiales, como los que ha impuesto a China por su presunto papel en el tráfico mundial de fentanilo, a India por sus compras de petróleo ruso o a Brasil por el proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro.

Una de las naciones europeas más golpeadas por las medidas de Trump es Suiza. El país helvético se enfrenta a un arancel del 39% a sus exportaciones, uno de los más altos de la lista de EEUU. Los expertos creen que no hay países que puedan ejercer como «sustituto» para las importaciones de productos suizos, pero eso no parece haber detenido a Trump.

Por si fuera poco, Suiza también tiene un problema adicional: su importante sector farmacéutico. Y es que Trump ha sugerido que las farmacéuticas podrían enfrentarse a aranceles elevados si no fabrican sus productos en Estados Unidos, argumentando que es una medida necesaria para que se reduzcan los costes sanitarios en el país norteamericano.

«Podría hacerlo haciendo que más empresas produzcan medicamentos en Estados Unidos o reduciendo los precios de importación de los productos farmacéuticos fabricados en el extranjero. Por lo tanto, un posible acuerdo comercial que pudiera dar lugar a un tipo arancelario inferior al 39% probablemente incluiría al sector farmacéutico. Trump podría querer que el Gobierno suizo hiciera concesiones al sector farmacéutico, como precios más altos o una regulación más laxa dentro de Suiza, para compensarles por los precios de exportación más bajos a los Estados Unidos», reflexiona Junius.

Para el experto de J. Safra Sarasin, todo esto tiene un efecto económico evidente: los aranceles «están desviando la producción y el capital de su asignación más eficiente». En consecuencia, los precios aumentan y la rentabilidad del capital disminuye.

«La mayor parte de estos costes los asumirá el propio EEUU. Sin embargo, los aranceles también debilitan los mercados laborales de los países que dependen en gran medida de EEUU para sus exportaciones. Esperamos que los efectos negativos sobre la inversión y el consumo prevalezcan en los próximos meses y que la economía mundial no se recupere hasta el año que viene», subraya Junius.

PANORAMA DE LA INVERSIÓN

Con todo, este estratega considera que la tendencia «subyacente» de inversión y despliegue de la inteligencia artificial (IA) debería compensar de sobra la debilidad del sector industrial. Además, las políticas fiscales más expansivas deberían estimular la demanda el próximo año en algunos países europeos, como Alemania, y, en menor medida, en Estados Unidos.

Por otro lado, la política monetaria también se está volviendo menos restrictiva en la mayoría de los países. Sin ir más lejos, todo apunta a que la Reserva Federal (Fed) está lista para empezar a bajar los tipos de interés, especialmente tras el dato de inflación de julio en EEUU. «Por lo tanto, seguimos siendo cautelosamente optimistas para los próximos 12 meses«, agrega Junius.

El experto de J. Safra Sarasin pronostica que el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE) continúen con su ciclo de flexibilización, al tiempo que apuesta por dos bajadas de 25 puntos básicos por parte de la Fed.

«También esperamos que el crecimiento de los mercados emergentes se ralentice en el segundo semestre, a medida que los aranceles estadounidenses empiecen a surtir efecto, lo que permitirá a los bancos centrales de los mercados emergentes recortar los tipos en los próximos 6-12 meses», añade.

Finalmente, el contexto para la renta fija «sigue siendo constructivo». Las expectativas de una bajada de los tipos de interés oficiales deberían permitir un «ligero» descenso de los rendimientos de los bonos y un aumento de la pendiente de las curvas de rendimiento.

«Esperamos que el dólar se debilite aún más, aunque el ritmo de depreciación debería ser más gradual. El oro sigue contando con un buen respaldo desde el punto de vista estructural. En el ámbito de la renta variable, esperamos que el apoyo a las acciones de la eurozona aumente a medida que desaparezcan los obstáculos cambiarios y aumenten los factores fiscales favorables en los próximos meses», concluye.

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