España está perdiendo la batalla contra los incendios forestales

 Miguel Arroyo, experto divulgador forestal, analiza el preocupante panorama que vive España este verano con respecto a los incendios. Aunque el 2024 no ha alcanzado los niveles catastróficos de 2022, ya se han quemado más de 60.000 hectáreas, superando la media de los últimos diez años, situada en torno a las 50.000. “Estamos acercándonos a cifras preocupantes y aún falta lo más caluroso del año, con vientos fuertes y avisos meteorológicos en casi toda la península que aumentan el riesgo”, advierte Arroyo.  

El fuego no da tregua: cifras preocupantes y causas ocultas

Uno de los datos más alarmantes que revela es que el 80% de los incendios en España son provocados, y más de la mitad de ellos intencionadamente. “Hay personas que queman bosques para crear espacio para placas solares o por motivos económicos. Sin embargo, identificar a los responsables es muy difícil, porque el fuego destruye las pruebas y la legislación no siempre es suficientemente disuasoria,” explica.

Además, el experto señala que solo un 5% de los incendios tienen causas naturales, como rayos o fenómenos meteorológicos, desmintiendo la idea común de que el clima es el principal culpable. La mayoría se debe a la acción humana, tanto por imprudencia como por intencionalidad, una realidad que requiere medidas más estrictas y un compromiso social mayor.

Edu Sanz

Prevención y gestión forestal: la gran asignatura pendiente

Para Miguel Arroyo, el verdadero problema radica en la falta de gestión preventiva de los bosques. “España tiene más del 50% del territorio catalogado como forestal, pero solo gestionamos el 20%. Esto significa que el 80% está totalmente abandonado y es un polvorín listo para arder,” advierte.

La situación empeora en terrenos privados, donde apenas se gestiona un 10%, ya que el monte ha dejado de ser rentable y se considera más un gasto que una fuente de ingresos. “Tenemos que hacer que los bosques vuelvan a ser productivos, que sean rentables para los propietarios forestales para que inviertan en su gestión,” señala Arroyo.

Actualmente, la inversión en prevención ronda los 30 euros por hectárea, una cifra insuficiente para realizar los trabajos necesarios de limpieza y control del combustible forestal. La estrategia forestal española plantea aumentar esa inversión a 100 euros por hectárea para 2050, pero de momento estamos muy lejos.

El divulgador también pone en valor la relación directa entre la prevención forestal y otros sectores económicos vitales, como el turismo. “Si no protegemos nuestros bosques, podemos perder mucho más que árboles: turismo, biodiversidad y calidad de vida,” concluye.

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