Gracias a los avances frente al cáncer, cada vez hay más pacientes supervivientes, que viven más años. Pero haber tenido un cáncer primario, no te libera de poder sufrir un tumor secundario, que se origina de cero en otra parte del cuerpo, con células y características distintas al inicial. Es una situación infrecuente pero que va adquiriendo cada vez más relevancia, conforme aumentan las tasas de supervivencia.
Por ello, el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) ha analizado la evolución de 20.574 pacientes diagnosticados de cáncer de pulmón entre agosto de 2016 y marzo de 2023. Todos ellos habían superado un tumor pulmonar inicial y eran sometidos a revisiones periódicas. Los investigadores han realizado un seguimiento de los pacientes durante un periodo de tres años y han descubierto que 480 personas desarrollaron un nuevo cáncer primario, lo que representa el 2,3% del total. Por tanto, es un porcentaje pequeño, pero nada despreciable.
Lo novedoso de la investigación es que el GECP ha descubierto que la posibilidad de sufrir un cáncer secundario es mayor entre quienes han recibido quimioterapia, un 2,9% de los casos, en comparación con el 2,1% registrado en pacientes tratados con inmunoterapia y el 1,5% de aquellos que recibieron tearpias dirigidas. Es decir, los nuevos tratamientos frente al cáncer de pulmón no solo dan mejores resultados frente al tumor inicial, sino que también reducen la posibilidad de sufrir un segundo tumor, distinto al primero.
El estudio, que ha sido publicado este miércoles en ‘The Lancet Regional Health Europe’, también ha identificado otros factores que influyen en la aparición de un segundo cáncer. Entre ellos destaca el tabaquismo: los pacientes con antecedentes de consumo de tabaco presentaron un riesgo un 60% mayor y aquellos que siguieron fumando durante el segumiento también mostraron un incremento significativo del riesgo.
El seguimiento
Teniendo en cuenta todos los factores de riesgo y los posibles tratamientos, los investigadores han concluido que la inmunoterapia reduce un 53% el riesgo de desarrollar un segundo tumor y las terapias dirigidas un 30%. «Sin duda, estos resultados apuntan a una posible ventaja significativa de los tratamientos más innovadores en términos de prevención a largo plazo”, interpreta Mariano Provencio, presidente del GECP y autor principal del estudio.
Para el especialista, el trabajo pone de manifiesto un efecto paradójico: “Es, quizá, el precio del éxito. Logramos que nuestros pacientes sobrevivan más, pero nos enfrentamos a efectos a largo plazo. Esto nos dice que hemos de mejorar el seguimiento de estos pacientes en el tiempo y actuar sobre los factores de riesgo modificables como el tabaco, promoviendo la cesación”.
A juicio de los investigadores del GECP, estos hallazgos deberían incorporarse a las estrategias clínicas y a los programas de seguimiento de supervivientes de cáncer de pulmón, un grupo de pacientes cada vez más numeroso gracias a los avances terapéuticos.
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