Los datos publicados en su web por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) confirman que la noche del lunes al martes ha sido una de las más cálidas de este verano en Aragón. El termómetro marcaba 26,3 ºC en el barrio zaragozano de Valdespartera a las 06:10 horas. En el aeropuerto de la capital aragonesa, a las 6.20 horas, la temperatura era de 26,0 ºC. Estas cifras superan con holgura el umbral del concepto ‘noche tórrida’ —cuando la temperatura mínima no desciende de 25 ºC—, un fenómeno en teoría poco frecuente, pero cada vez más habitual en episodios de calor extremo.
Otras localidades también han soportado mínimas asfixiantes antes de las siete de la mañana. Caspe e Híjar han marcado 25,1 ºC; Huesca capital y Castellote, 25,0 ºC; Andorra (Teruel), 24,5 ºC; y Alhama de Aragón y Lanaja, 24,7ºC. En Calanda, Muniesa o Quinto, el mercurio también se ha mantenido por encima de los 23ºC durante buena parte de la noche. Según los datos recogidos por la Aemet a partir de las siete de la mañana, el termómetro ha bajado algo en la mayor parte del territorio en espera de que con el transcurso del día, el mercurio vuelva a venirse arriba.
La relación de temperaturas máximas recogidas pasada la medianoche también da una idea de lo que ha supuesto dormir (o no) esta noche en buena parte del territorio aragonés. Al inicio de este martes, Zaragoza capital estaba por encima de los 30ºC, y localidades como Calatayud, Tarazona, Sariñena, Quinto, Muniesa, Tamarite, Alcañiz, Andorra, Alhama, Almudévar, Ballobar o Caspe estaban por encima de los 27ºC.
Efectos directos
El calor nocturno tiene efectos directos sobre el descanso y la salud, especialmente en personas mayores, niños y pacientes con enfermedades crónicas. Los expertos recuerdan que, para conciliar el sueño en condiciones óptimas, la temperatura ambiente debería situarse entre los 18 y 22 ºC. Esta noche, en muchas viviendas aragonesas, esa cifra estuvo muy lejos de alcanzarse.
Desde Aemet explican que la persistencia del calor se debe a una masa de aire cálido procedente del norte de África, combinada con la ausencia de viento y el efecto de “isla de calor” en las ciudades, que retienen el calor acumulado durante el día.
La previsión apunta a que las próximas noches serán algo más frescas, aunque las temperaturas diurnas seguirán altas, con máximas que rondarán o superarán los 35 ºC en el valle del Ebro y en comarcas bajas de Teruel y Huesca.