Muy pocos detalles se han conocido del trágico accidente que le costó la vida al piloto de San Javier Borja Gómez mientras participaba en unos entrenamientos previos a la celebración de un fin de semana de carreras del FIM JuniorGP en el circuito francés de Magny-Cours. Pero un piloto italiano que participaba en los mismos y presenció todos los hechos, Filippo Fuligni, de la categoría Superstock, ha desvelado en una entrevista concedida a la web Yellow Falg Talks y que recoge Motorbike Magazine, que “todo fue evitable” y que se dieron graves negligencias que provocaron el fallecimiento del joven de 19 años de edad.
Fuligni relató así el accidente: “Estábamos en medio de la primera sesión de entrenamientos privados. La pista estaba en perfectas condiciones, pero al salir de la curva 5, Alberto García, compañero de equipo de Borja Gómez, tuvo un problema técnico y perdió algo de agua, probablemente mezclada con otras sustancias, por lo que estaba muy resbaladiza. Dos pilotos detrás de él pasaron por encima de los fluidos y uno casi se cae. Entonces Borja se cayó al frenar para la chicane. Perdió la rueda delantera al frenar y tuvo una caída normal. Borja se levantó y corrió hacia las barreras de neumáticos, probablemente, y esta es mi interpretación, porque se dio cuenta de que algo no iba bien: se cayó en la tercera vuelta de un entrenamiento libre, algo inusual para un piloto experimentado como él. No había banderas ni luces de advertencia en esa curva, y solo un comisario, que no fue a ayudarlo a mover la moto. Unos 22 segundos después, Joan Santos se cayó. ¿Pero qué pasó en esos 22 segundos? Borja esperó un poco y, como nadie vino a ayudarlo y los tres pilotos siguientes no se cayeron, porque no pasaron por encima de los fluidos, fue a recoger su moto. Su único error, probablemente, fue darle la espalda a la pista, así que no vio a Santos caerse».
Un golpe por la espalda, la causa
Fuligni desvela que Borja Gómez recibió un impacto en la espalda de otra moto a unos 150 kilómetros a la hora y que eso provocó su muerte: «Santos llegó a la chicane y perdió la rueda delantera. Se cayó de la moto, pero recuperó el agarre, se enderezó y la moto fue directa hacia Borja, golpeándolo por detrás”, relata, para añadir que “en una 600 centímetros cúbicos se llega ahí en quinta marcha, a más de 200 kilómetros a la hora. El impacto debió de ser de al menos 130–150 km/h y, con la moto pesando unos 170 kilos, un golpe así solo puede ser fatal. Llegué unos diez segundos después y, aun así, tras dos caídas, no había señales de advertencia ni ningún comisario ayudando a los pilotos».
CIentos de personas acudieron a despedir a Borja Gómez / Iván Urquízar
Sin señalizaciones ni asistencia
Fuligni sufrió una caída en el mismo punto y sigue relatando que “al acercarme, vi algo de polvo, así que instintivamente solté el acelerador y frené, pero estaba justo sobre el líquido derramado y perdí de golpe la rueda delantera. Dejé de deslizarme bastante rápido, lejos de la escapatoria, y salté las barreras de neumáticos porque había algo claramente resbaladizo en la pista. En cuanto subí, se encendieron los paneles rojos, pero no indicaban qué tipo de peligro era. No había bandera amarilla ni roja, que habría sido lo apropiado mostrar considerando las tres caídas en treinta segundos”. A raíz de esa caída, el italiano se dio cuenta de que “había tres motos en el suelo y Santos estaba de pie, pero no podía ver al tercero. Mientras caminaba de regreso a mi moto, mi vista se posó en el cuerpo de Borja, completamente inmóvil. Me quedé paralizado unos segundos porque era una imagen muy dura. Fui a buscar ayuda, pero no vi servicios de urgencias por ninguna parte ni personal para asistir a Borja, así que me quité el casco y los guantes y volví yo mismo. No podía moverlo, así que le bajé ligeramente la cremallera del mono. Tenía los ojos abiertos, pero estaba sin vida. Traté de sentir si tenía pulso y si aún respiraba. Si hubiera existido la más mínima posibilidad de reanimarlo, la demora en la asistencia la hizo desaparecer», denuncia Fuligni, quien añade que «la ambulancia llegó entre 7 y 10 minutos después del impacto, lo cual es mucho».
«Todo era evitable»
Fuligni considera que “todo lo ocurrido era completamente evitable. En esa parte de la pista, solo había un joven comisario, y no hizo nada, ni bandera ni asistencia. En condiciones normales, incluso durante los entrenamientos libres, en cuanto te caes en un accidente, al menos dos comisarios te atienden de inmediato. Si se hubieran mostrado las banderas, cualquier piloto habría disminuido la velocidad. Quizás se habrían caído igualmente, pero a menor velocidad”.
«Si se hubiera seguido el procedimiento correctamente, quizá algo habría pasado, pero habría sido cuestión de mala suerte. Fue una negligencia«, dejó claro Fuligni, quien también culpa a Dorna, la organizadora del campeonato, porque cada piloto pagó 300 euros por participar en esos entrenamientos libres y no había ni las ambulancias ni la seguridad adecuada.