Las Lágrimas de San Lorenzo, más conocidas como la lluvia de estrellas de las perseidas, produjo una brillante bola de fuego, proveniente de un cometa que sobrevoló los cielos de gran parte del centro y este de España. El cometa cruzó el cielo de la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha y, finalmente, explotó sobre la Región de Murcia.
Aunque aún quedan oportunidades de ver la lluvia de estrellas, que alcanzará su máximo nivel de visibilidad entre las noches del 12 y el 13 de agosto de 2025. En condiciones óptimas, se podrán observar hasta cien meteoros por hora alrededor de las dos de la mañana y en la Región hay varios lugares idóneos para poder disfrutar de las Lágrimas de San Lorenzo.
La Fundación Astrohita, que trabaja en el Complejo Astronómico de la Hita (Toledo), la bola de fuego cruzó el cielo el viernes 8 de agosto, sobre las diez de la noche, y fue grabado por los detectores que la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN) opera en este complejo astronómico. También se registró por los detectores que este mismo proyecto de investigación tiene instalados en observatorios de Almería, Granada y Huelva, en el sur de España.
Según el investigador responsable del Proyecto Smart, José María Madiedo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, la roca que originó este fenómeno, procedente del cometa 109P/Swift-Tuttle, entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de unos 217.000 kilómetros por hora.
El brusco rozamiento de la roca con la atmósfera a esta enorme velocidad hizo que el meteoroide se volviese incandescente, lo que generó una bola de fuego que se inició a una altitud de unos 116 km sobre la localidad de Jarafuel, en Valencia.
Desde allí, avanzó en dirección suroeste, sobrevolando la provincia de Albacete y se extinguió con una gran explosión a una altitud de unos 86 km a la altura de la localidad de Los Arejos, en Murcia.
Su gran luminosidad hizo que este bólido se pudiera ver desde más de 600 kilómetros de distancia y según se ha determinado, recorrió una distancia total en la atmósfera de unos 182 kilómetros.
Según recoge la Fundación Astrohita, la mayoría de las perseidas se generan cuando entran en la atmósfera fragmentos del tamaño de un grano de arena desprendidos de este cometa, dando así a las típicas estrellas fugaces.
Cuando estos fragmentos son de un tamaño superior al de un guisante, el brillo es mucho mayor, lo que genera estrellas fugaces de alta luminosidad que se denominan bólidos o bolas de fuego.