El problema de las escombreras ilegales en Alicante no cesa en verano. Estos vertederos irregulares que se concentran en diferentes puntos de la ciudad y que acumulan enseres, restos de obra, aparatos tecnológicos y todo tipo de residuos siguen proliferando incluso en espacios que habían sido adecentados. Mientras, medidas anunciadas ya hace años como la instalación de cámaras de vigilancia para identificar a los infractores siguen sin avances.
Los puntos más conflictivos son de sobra conocidos. Principalmente solares en el entorno de la antigua fábrica de tejas de Rabasa, donde los residuos ocupan cientos de metros cuadrados. En febrero de 2024, el Ayuntamiento anunció que había realizado una limpieza del entorno, con labores de recogida en los caminos y espacios públicos de la zona, pero sin poder acceder al espacio de titularidad privada, donde se realizan los depósitos ilegales.
Otro de los espacios «habituales», a la entrada de Santa Faz, se convierte en noticia cada año con la llegada de la Peregrina, cuando las parcelas suelen adecentarse. Ahora, solo unos meses después de la romería, los restos de obra y los enseres ya vuelven a empezar a acumularse en la zona. También son utilizados como vertederos ilegales algunos puntos cercanos a polígonos industriales, como en la carretera de Ocaña, e incluso espacios más cercanos a zonas de viviendas, como una parcela de Ciudad Jardín, junto al colegio Emilio Varela.
Los vertederos ilegales se llenan de materiales de obra. / Héctor Fuentes
Una circunstancia de la que es consciente el Ayuntamiento de Alicante. El vicealcalde Manuel Villar, hasta ahora concejal de Limpieza (recientemente relevado por Rafael Alemañ, el nuevo edil del equipo de gobierno tras la dimisión de Toni Gallego), ha reconocido en varias ocasiones que el de las escombreras ilegales es un problema que necesita ser resuelto. Sin embargo, apuntó varias complejidades que dificultan encontrar la fórmula. En primer lugar, la variación de estos puntos.
Pese a que las zonas en las que se acumulan los residuos suelen situarse en los mismos entornos a las afueras del núcleo urbano, Villar advirtió de que se forman en espacios limítrofes entre municipios, por lo que cuando un Ayuntamiento actúa intensamente, la conducta incívica se traslada unos metros, hasta afectar a otra localidad.En este sentido, la Mancomunidad de l’Alacantí ya acordó en 2024 destinar 60.000 euros por municipio a combatir este problema.
Entre las posibles herramientas para frenar la proliferación de escombreras ilegales, el Ayuntamiento alicantino ha anunciado en diferentes ocasiones su intención de instalar cámaras de videovigilancia. La primera de ellas fue en 2018, ya con el Partido Popular al frente del gobierno municipal, pero nunca llegó a ponerse en marcha. La última, hace solo unos meses, en marzo: «Lo estamos valorando. Es una de las opciones que está encima de la mesa», manifestó Villar. No obstante, indicó también que se barajaban otras soluciones «que sean más fáciles de llevar a cabo y más rápidas», de las que tampoco han trascendido más detalles hasta la fecha.
Preguntado sobre la posibilidad de que sea el Ayuntamiento el que retire los escombros y después exija su pago a los propietarios de los solares privados, la respuesta municipal es siempre idéntica. El gobierno de Barcala ha apuntado que para llegar a ese objetivo primero es necesario multar reiteradamente a los dueños de los terrenos por incumplir la normativa municipal y, posteriormente, actuar. Sin embargo, no detallan cuántas veces se ha sancionado por cada una de estas escombreras (existentes desde hace años) ni cuándo será posible que el Consistorio asuma su limpieza.

La antigua fábrica de ladrillos, repleta de nuevo de basura. / Alex Domínguez
Esta situación, según apuntan desde Netial (la empresa responsable de la contrata de limpieza) puede conllevar multas económicas de hasta 3.000 euros. Por ello, recuerdan que es posible deshacerse, de manera gratuita, de hasta 500 kilos de material de obra y escombros en el Ecoparque o en el Centro de Tratamiento de Residuos de Alicante. Un camino de solo unos kilómetros que puede ahorrar a los incívicos una cantidad considerable.








