Si el carbón se usó durante décadas como combustible y la vida de las minas llegó a 2018 fue en parte culpa de gente incombustible. Como Víctor Fernández, actual responsable del sector minero de FICA-UGT, y que lleva medio siglo vinculado a la lucha sindical por mejorar las condiciones de trabajadores y comarcas. Hablar de «Vitorón», como se le conoce, es hablar de historia viva del sindicalismo minero. Y aunque su trayectoria haya sido eclipsada por nombres como el de José Ángel Fernández Villa, en su haber puede decir que ha participado en la elaboración de todos los planes del Carbón firmados hasta la fecha.
Víctor Fernández nació en Oviedo hace 74 años, pero a los pocos meses ya se trasladó a vivir en Santa Cruz, donde residió durante su infancia y su juventud. «Todavía vivía ahí cuando entré a trabajar en la mina», recuerda. Fue con apenas 16 años cuando entró en Mina Dominica, su primer destino. De ahí pasó a la mina Catalana antes de llegar a su destino definitivo, el pozo Santiago, en 1969. Pocos años después, en 1976, «Vitorón» se afiliaba a la UGT y al PSOE, y arrancó un periplo que ya dura medio siglo.
«A pesar de ser tan joven, me eligieron para formar parte de la ‘Comisión de los 16’, que fue la que negoció el primer plan de empresa de Hunosa», rememora Fernández. Un hecho que tuvo lugar en 1977, con apenas 26 años, y que le marcó de manera especial. «Fue cuando comienzo en la primera línea sindical», recuerda. Durante los años siguientes, estuvo en la dirección del SOMA, «a veces compatibilizándolo con el trabajo y otras liberado».
Vitorón siguió dando batalla sindical desde el SOMA hasta 1990, cuando durante dos años dio el salto a la política, para ser concejal en Mieres en el equipo de Gustavo Losa. Sin embargo, en el 92, se fue Madrid. «Fue la primera fusión que hubo en el sindicato, la que tomó por nombre FIA-UGT, que en Asturias llevaba delante el SOMA, como ocurre ahora», recuerda. Esa entrada en la Ejecutiva Nacional del sindicato como responsable minero le haría conocer de primera mano cada detalle de los planes del carbón que han guiado las cuencas las últimas tres décadas y media.
Claves
Cuando se le pregunta por los momentos claves en esas negociaciones de los planes mineros, Víctor Fernández huye de los entresijos políticos. «A mí lo que siempre me marcó es la solidaridad que hay en las comarcas mineras, de toda la gente en general, y también de los propios trabajadores del sector», dice. Lo justifica en que «siempre que hemos hecho alguna protesta la sociedad de las Cuencas se ha volcado». Y en el caso de los mineros, dice, «se han hecho unos sacrificios muy importantes, con huelgas, meses sin cobrar y todo por luchar no solo por su trabajo, sino también por sus territorios».
En su larga trayectoria también le tocó vivir accidentes, tanto dentro de la mina como ya en el plano sindical. «Yo no sufrí ningún accidente grave, pero si tuve compañeros cerca de mi tajo que perdieron la vida», recuerda con cierta nostalgia que hace que los ojos le brillen. A la cabeza se le viene un accidente que vivió en el pozo Santiago, en la cerca de la capa La corrida, donde trabajaba. Varios compañeros quedaron atrapados tras un derrabe. «Fue uno de los impactos más duros y más difíciles de mi vida», admite. En el plano sindical, el accidente de Nicolasa, el del pozo Emilio o más recientemente el de Cerredo, han sido sucesos que también le han marcado.
El sindicalista, en el monumento al minero de Mieres. / A. Velasco
Negociaciones
Este mierense de Santa Cruz es el único sindicalista que ha estado en las negociaciones de todos los planes del carbón. «Cada uno ha tenido lo suyo, porque además siempre se partía de la base de que todo iba encaminado a liquidar el sector», apunta. Desde el primer plan que se firmó, en 1998, han pasado casi tres décadas. «Los primeros documentos para la restructuración de las Cuencas fueron planes que los sindicatos no firmamos, fueron aprobados por el Gobierno», recuerda sobre los primeros pasos que ya en 1990 se comenzaban a dar para cerrar minas.
«El primer plan que se firma fue el 98-2005, y fue un plan bueno», rememora. Después llegarían el 2006-2012, y tras este, el que para Fernández fue el acuerdo más complicado. «El más difícil de todos, por sus características y además porque el PP fue sistemáticamente el que lo fue incumpliendo, fue el de 2013-2018», apunta el sindicalista. «Fue el plan más malo, apenas se ejecutó nada, y lo achacaron a una crisis, pero el caso es que las comarcas mineras se vieron muy afectadas», recuerda.
Y de ahí, al actual marco de actuación, 2019-2027. Otro documento que para Fernández no fue fácil de negociar. «Estábamos en conversacioness con el PP, y llegó la moción de censura a Rajoy», explica, para agregar que «esto fue en junio y en diciembre había que tenerlo todo aprobado». Así, «tuvimos que negociar a la carrera, pero finalmente logramos un pacto muy digno», dice.
Futuro
Cuando se le pregunta por los fondos mineros, Fernández prefiere ver la parte positiva. «Se hizo lo que se pudo, y a toro pasado no vamos a saber nadie si se hubiese podido hacer más», sentencia. Sin embargo, todavía mira hacia adelante: «llevamos un proceso de 25 años, y no se tiene que acabar en 2027». De hecho, el sindicalista tiene claro que en la próxima Comisión de Seguimiento del Plan va a poner sobre la mesa que al menos se extienda durante cinco años.
«Es necesario que se amplíe en plan del carbón y se amplíen los fondos en 250 millones, porque es de justicia», dice Fernández. «Quienes cerramos fuimos nosotros, quienes perdieron el empleo fueron las comarcas mineras, y quienes tiene que cambiar todo el tejido industrial son las Cuencas y las ayudas tienen que venir del Estado», subraya. «Eso es muy fácil de entender», ironiza.
A sus 74 primaveras, y tras 50 años de militancia activa, Víctor Fernández sigue pensando en carbón. «No sé si queda Vitorón para rato. De momento vamos a ver si acabamos este año y empezamos el siguiente, y como dice un entrenador (el Cholo Simeone), con esta edad hay que ir partido a partido», apunta. «Si el cuerpo resiste y la cabeza sigue algo fresca, voy a seguir ayudando a lo que pueda». Palabra de minero.
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