El español Alejandro Davidovich ha acariciado su primer título ATP en las finales de Delray Beach y Washington. No tuvo tan a tiro el trofeo en la otra que perdió esta temporada, Acapulco. Todas ellas en pista dura, retomando la que jugara en tierra batida en Montecarlo.
A sus 26 años continúa luchando por equiparar su enorme caudal de tenis al control de las emociones que le permita consolidar con regularidad su calidad, que no frustre el sello a victorias que debieran ser suyas.
El pupilo de Fèlix Mantilla y David Sánchez, antaño de Jorge Aguirre, decidió cambiar de aires, dar un giro radical a su vida fijando su residencia en Montecarlo, lejos de su territorio malagueño.
Este curso lleva números de top-10 mundial. Ocupa actualmente la decimoctava plaza en el ranking, la mejor de su carrera. Pero sigue encontrando problemas en su camino. También inesperados y los menos deseados: los físicos.
Tenía a tiro la clasificación para la tercera ronda del Masters 1000 ATP de Cincinnati, una vez se retiró de los octavos de Toronto alegando fatiga. Y debió abandonar por segunda competición consecutiva.
El andaluz estaba bajando los humos al nuevo prodigio del tenis mundial, llamado incluso a coquetear con Carlos Alcaraz y Jannik Sinner si su progresión es la adecuada y confirma sus posibilidades. Davidovich estaba batiendo al brasileño Joao Fonseca, de 18 años y nº 52 ATP, por 7-6 (4), 4-0 y saque, pero acabó sin apenas sacar ni poder caminar.
Fonseca, campeón esta temporada del ATP de Buenos Aires, va enseñando potencial, pero le está costando asentarse en el exigente ATP Tour. Rompe la pelota con la derecha, pero muchas veces le pueden las ganas, de tanto que quiere hacer, de su afán por desbordar continuamente al rival. Esta vez la fortuna permitió que se llevase la victoria, por 6-7 (4) y 5-4, momento en que Davidovich dejó la pista. No podía seguir jugando.
Davidovich aguantó en el primer set, pese a que necesitó una segunda oportunidad para rematarlo. Con 6-5 sufrió el contra ‘break’ que le llevó al ‘tiebreak’.
Domó al rival de Río de Janeiro, que acusó la pérdida de esa manga. Davidovich, cada día más consistente, lo aprovechó para adelantarse 4-0 en la segunda. No resultó decisivo. Primero porque el brasileño se soltó y empezó a jugársela, lo que le permitió recuperar un ‘break’, alargar un partido y que se diera la circunstancia de la lesión del español, a pocos días ya para el US Open, que se celebra a partir del 25 de este mes. A continuación está llamado a jugar la Copa Davis, en su casa de Marbella contra Dinamarca.
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Davidovich, a intentar recuperarse adecuadamente, mientras que Joao Fonseca tendrá cita con el italiano Flavio Cobolli o el francés Terence Atmane.












