El partido de derecha populista Reform UK está aprovechando el parón parlamentario estival en el Reino Unido para marcar la agenda política y poner el foco en la llegada irregular de inmigrantes. El líder de la formación, Nigel Farage, ha puesto en marcha una campaña de seis semanas para plantear sus propuestas en materia de seguridad y de inmigración y para atacar al mismo tiempo al Gobierno laborista y a las fuerzas de seguridad, a los que acusa de proteger a los delincuentes extranjeros. La campaña de Farage se está produciendo en un momento de tensión en las calles, con jornadas de protestas en varias ciudades del país en contra de los solicitantes de asilo.
Farage ha lanzado esta misma semana nuevos ataques contra la policía, a la que ha acusado de ocultar el origen y el estatus migratorio de dos hombres afganos detenidos a finales de julio en Nuneaton, en el centro de Inglaterra, por abusar presuntamente de una niña de 12 años. El partido populista hizo público que los dos detenidos son solicitantes de asilo y cargó contra los agentes por ocultar de forma intencionada esta información, algo que el cuerpo policial ha negado. «No revelamos el estatus migratorio en el momento de la detención porque seguimos las directrices nacionales«, ha asegurado el jefe de la policía de Warwickshire.
Discurso laborista
Aún así, Reform UK está alimentando las teorías de encubrimiento institucional para aprovechar la creciente indignación ciudadana provocada por presuntos casos de abuso sexual relacionados con solicitantes de asilo. Unos casos que han provocado movilizaciones en algunas ciudades de Inglaterra y que han puesto el foco sobre los hoteles de acogida temporal de inmigrantes en las últimas semanas. La posibilidad de que se repitan los disturbios xenófobos del pasado verano, los cuales se saldaron con cientos de detenidos, ha puesto en alerta a las autoridades y al Gobierno laborista, que está tratando de contener los ataques de la derecha populista endureciendo su discurso en esta materia.
Tres migrantes miran por la ventana durante una protesta frente a un hotel refugio para demandantes de silo en Londres, el 2 de agosto. / ANDY RAIN / EFE
La ministra del Interior, Yvette Cooper, ha mostrado su voluntad de cambiar las directrices seguidas por la policía en los casos relacionados con ciudadanos extranjeros. «Queremos que haya más transparencia, creemos que la población local necesita disponer de más información», ha asegurado la ministra, quien ha defendido que los agentes informen del origen étnico y la nacionalidad de los detenidos. Aunque nada impide revelar estos datos actualmente, el protocolo habitual es ofrecer únicamente el género y la edad de las personas arrestadas hasta que pasen a disposición del juez, con el objetivo de no entorpecer eventuales procesos judiciales.
Acuerdo con Francia
El Gobierno también ha tratado de mostrar mano dura contra la inmigración esta semana poniendo el foco en la puesta en marcha del plan piloto acordado con Francia para devolver a una parte de las personas que lleguen de forma irregular al Reino Unido. El acuerdo, anunciado el pasado julio durante la visita de Estado del presidente francés, Emmanuel Macron, permitirá a las autoridades británicas entregar a Francia a una parte de los inmigrantes a cambio de aceptar un mismo número de personas que tengan vínculos con el Reino Unido, incluidos familiares residiendo en el país, y que no hayan intentado llegar de forma irregular anteriormente.

Protesta contra la inmigración frente a un hotel que acoge solicitantes de asilo en Londres. / JAMES WILLOUGHBY / ZUMA PRESS / EUROPA PRESS
El Gobierno laborista confía en que las primeras detenciones realizadas esta semana sirvan para disuadir a las personas que pretenden llegar al país a través del Canal de la Mancha, ante el riesgo de ser entregadas a las autoridades francesas. Todo apunta, sin embargo, a que el número de inmigrantes afectados por esta medida supondrá únicamente un 5% del total, una cifra que el Ejecutivo se ha negado a confirmar para que las bandas criminales no la «utilicen y aprovechen», según la ministra del Interior.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno laborista por amortiguar los ataques de la derecha populista, la retórica de Reform UK está calando en una parte de la población. Según una reciente encuesta de YouGov, un 47% de los británicos cree que el número de inmigrantes que llegan al Reino Unido de forma irregular es superior a los que lo hacen legalmente, a pesar de que las cifras muestran todo lo contrario: tan sólo un 4% de los recién llegados acceden al país sin un visado. El discurso de Farage, centrado en vincular a la inmigración con la delincuencia, ha contribuido a que un 45% de la población se muestre a favor de no admitir nuevos inmigrantes y de expulsar a gran parte de las personas que han llegado al país en los últimos años.
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