El Gobierno ha hecho pública este miércoles una carta que Mariano Rajoy envió el pasado miércoles al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. La misiva les llegó solo tres días antes de que el Eurogrupo acordase rescatar a la banca española con una línea de crédito de 100.000 millones de euros. El documento, que está redactado en un tono duro, advierte de que la moneda única está «en riesgo» y reclama una inyección urgente del Banco Central Europeo (BCE).
En la carta, el jefe del Ejecutivo no se refiere en ningún momento a la situación concreta de las entidades españolas, pero sí reclama una mayor integración fiscal y bancaria. «Se impone ya como un inaplazable objetivo en el proceso de construcción europea», escribe el jefe del Ejecutivo, que pide que se aborde en el Consejo Europeo del 28 y 29 de junio. «No es necesario decidir ahora cómo lo haremos. Basta con manifestar el compromiso con este objetivo», asegura.
El efecto de los ajustes
Rajoy avisa de que el «futuro incierto» de la moneda única está «impidiendo que los ajustes tengan el efecto positivo que deberían tener», afirma hasta en dos ocasiones en el documento, que tiene cinco folios.
El jefe del Ejecutivo insiste en la misiva, como hizo aquellos días en público, que el BCE debe actuar «con urgencia para estabilizar los mercados financieros y para reducir las primas de riesgo». El día en que mandó la carta, el BCE mantenía una reunión que el Ejecutivo español esperaba que concluyera con una inyección de liquidez a la banca o con una bajada de los tipos de interés. No ocurrió ni una cosa ni la otra.
Defensa de la estabilidad financiera
«La única institución que tiene hoy la capacidad para asegurar estas condiciones de estabilidad y liquidez que necesitamos es el BCE», se puede leer. «Y asegurar la estabilidad financiera es, en estos momentos, esencial para mostrar el compromiso de los estados miembros con la irreversibilidad del euro», añade el jefe del Ejecutivo.
Rajoy ha revelado él mismo la existencia de esta carta durante la sesión de control del Congreso de los Diputados y ha anunciado que se la entregará también a los dirigentes de Italia, Alemania y Francia, con los que se reunirá el día 22 en Roma en la llamada cumbre del crecimiento.