Los primates —el grupo de animales que incluye a los simios y a los humanos— se originaron en climas fríos y estacionales hace unos 66 millones de años, y no en los cálidos bosques tropicales como pensaban hasta ahora los científicos.
Investigadores de la Universidad de Reading (Reino Unido) utilizaron modelos estadísticos y datos fósiles para tratar de averiguar dónde vivieron los ancestros comunes de todos los primates modernos.
El estudio, publicado en la revista PNAS, afirma que los primeros primates probablemente vivieron en Norteamérica, en un clima frío con veranos calurosos e inviernos gélidos, lo que revierte la antigua hipótesis de que estos animales surgieron de los bosques tropicales cálidos, una creencia que ha permanecido arraigada durante mucho tiempo en la biología evolutiva.
Los puntos blancos indican el origen de los primeros primates / PNAS
Jorge Avaria-Llautureo, autor principal de la Universidad de Reading, afirmó: «Durante décadas, la idea de que los primates evolucionaron en bosques tropicales cálidos no se cuestionó. Nuestros hallazgos revierten esa teoría por completo. Resulta que los primates no surgieron de selvas exuberantes, sino de entornos fríos y estacionales del hemisferio norte”.
“Comprender cómo los primates antiguos sobrevivieron a anteriores cambios climáticos nos ayuda a reflexionar sobre cómo las especies vivas podrían responder al actual calentamiento y a los cambios ambientales modernos», agregó.
Moverse para sobrevivir
Los primates que podían viajar lejos cuando su clima local cambiaba rápidamente sobrevivían mejor y las crías fueron evolucionando para convertirse en nuevas especies.
Cuando los primates se trasladaron a climas completamente diferentes y más estables, recorrieron distancias enormes: unos 561 kilómetros de media, en comparación con los tan solo 137 kilómetros de aquellas especies que permanecieron en sus climas originarios e inestables.

El hallazgo de los científicos echa por tierra las anteriores hipótesis / Agencias
Según el estudio, es posible que los primeros primates sobrevivieran a los gélidos inviernos hibernando como lo hacen los osos hoy en día: ralentizando su ritmo cardíaco y durmiendo durante los meses más fríos para ahorrar energía. Algunos primates pequeños todavía lo hacen. Por ejemplo, los lémures enanos de Madagascar excavan bajo tierra y duermen durante varios meses cuando hace demasiado frío, protegiéndose de las gélidas temperaturas acurrucándose bajo capas de raíces y hojas.
Un largo periplo
Los primates no llegaron a las selvas tropicales hasta millones de años después. Se originaron en lugares fríos, luego se trasladaron a climas templados, después a zonas secas y desérticas, y finalmente llegaron a las selvas cálidas y húmedas donde los encontramos hoy en día. Cuando las temperaturas locales o las precipitaciones cambiaban rápidamente, los primates se vieron obligados a buscar nuevos hogares, lo que contribuyó al nacimiento de nuevas especies.