El intento de suicidio del ex comisionado del Gobierno para la reconstrucción tras la dana, José María Ángel, este viernes acabó en un cruce de reproches entre PP y el PSOE, y acusaciones implícitas a los populares de «destruir vidas» y ejercer un «acoso inhumano», una «cacería».
El suceso, ocurrido a primera hora del viernes en el municipio de la Eliana, generó una enorme conmoción en su propio partido, el PSOE. Pero también en el resto de formaciones políticas. El Gobierno valenciano del PP de Carlos Mazón, de hecho, manifestó sus deseos de pronta recuperación.
Las muestras de afecto se sucedieron a medida que avanzaba la mañana tras conocerse que el ex alto cargo en el Ejecutivo se recuperaba en el Hospital de Llíria tras haber intentado quitarse la vida pocos días después de haber dimitido por la investigación de Antifraude sobre su «título falso». Pero la consternación inicial duró poco.
A media mañana, la ministra de Ciencia y Universidades, Diana Morant, ofreció una entrevista a TVE en la que advertía que después de este episodio se debía abrir un debate «sobre si es normal deshumanizar tanto a las personas» y ejercer «esa cacería inhumana que puede tener consecuencias muy dramáticas».
La intervención de la líder de los socialistas valencianos despertó de inmediato malestar en las filas populares. Se sintieron interpelados por haber reclamado en su día su dimisión, así como posteriormente haber anunciado que investigarían también la forma de acceso de su mujer, Carmen Ninet, a su plaza de funcionaria en la Diputación de Valencia.
Rebeca Torró, en una intervención en una jornada. Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
En el PP interpretaron las palabras de Morant como un reproche hacia el partido de Alberto Núñez Feijóo. Y el diputado navarro Sergio Sayas salió en defensa de su formación: «La cacería empezó contra Noelia Núñez, de manera brutal y despiadada. Y no la inició precisamente el PP».
«Fueron portadas, tuits, comentarios vejatorios. Reflexionemos sobre esto, sí. Con objetividad y verdad», continuaba el mensaje de Sayas en su perfil de la red social X. Una reprobación al PSOE por haber reclamado también desde el inicio que Núñez fuera apartada de sus responsabilidades por mentir en su currículum.
Desde el partido aclaraban a preguntas de este diario minutos después que con esos términos Morant se refería a los numerosos artículos publicados en prensa tras conocerse la investigación que mantiene abierta ahora la Fiscalía Anticorrupción por el caso de la titulación falsa de Ángel y el acceso a la función pública. Es decir, a una «cacería» mediática.
Sin embargo, el vídeo que publicaba poco después la secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró, en la cuenta oficial del Partido Socialista caldeó más el ambiente. En él subrayó que «la política» debía «servir para mejorar y transformar la vida de las personas, nunca para destruir familias y vidas«.
Una afirmación que no dejaba ya margen a dudas de quién era el receptor del mensaje: el PP y no la prensa. La número dos del PSOE trató, no obstante, de negar que sus declaraciones fueran dirigidas a nadie en particular: «Debemos hacer una reflexión en voz alta, y no va en contra de nadie«, avanzó.
«La política es el instrumento que mejora y transforma la vida de las personas. Nunca puede ser la política un instrumento, un arma de acoso y derribo al adversario y eso hay que tratar que no ocurra. Eso es lo que ha estado ocurriendo todo este tiempo», expresó Torró en relación a las últimas semanas.
«Todo eso tiene consecuencias de destrucción de familias y destrucción de vidas«, concluyó para, acto seguido, desearle una pronta recuperación a Ángel. «Todos los socialistas estamos contigo».
Tras este mensaje, en el PP insistieron en que «nadie merece una cacería». «Nadie«, subrayaron. «El PP se hizo eco de una denuncia de antifraude. No ha participado en ninguna cacería», zanjaron.
La dimisión de Ángel
El propio José María Ángel, en su carta de dimisión, tras justificar la legalidad de su acceso a su plaza de funcionario, reconocía sentirse víctima de «una campaña de desgaste incansable» que le provocaba «un inmenso dolor«.
Asimismo, también cargaba contra la investigación llevada a cabo por Antifraude como un proceso «inquisitorial, secreto y mal intencionado».
El veterano socialista advirtió hace días que el organismo dirigido por Eduardo Beut, a pesar de tener un expediente de investigación abierto sobre él, no le había dado audiencia en ningún momento para dar explicaciones al respecto. Algo que habría impedido el derecho legítimo a su defensa.
José María Ángel en una imagen de archivo. Efe
El ex comisionado insistió en que había «acreditado y aclarado» que su acceso hace ya 43 años a su puesto como funcionario de la Diputación de Valencia fue de forma legal y reglamentaria, así como la posterior reclasificación.
No obstante, explicó que ha tomó «la decisión personal e irrevocable de presentar la renuncia al cargo» por el «daño que a nivel personal» le estaba ocasionando la situación. «Se me está acusando de la comisión de conductas muy graves sin ningún tipo de prueba«, lamentó. «No aguanto más», explicó. «Tomo esta decisión por mí y por mi familia. Me voy. Me jubilo», se despidió.