A la par que ha crecido el tráfico en las ciudades, se ha intensificado la convivencia entre vehículos, peatones, ciclistas, motoristas y, en los últimos años, usuarios de patinetes eléctricos. Aunque los cascos urbanos deberían ofrecer una mayor seguridad por las limitaciones de velocidad, la abundante señalización y la presencia de policías locales, entre pasos de cebra, semáforos y carriles bici un total de 265 personas fallecieron en la última década en accidentes de tráfico en zonas urbanas de Galicia, 30 de ellos el año pasado, Así lo recoge el b alance des siniestralidad en el ámbito urbano presentado este jueves por el director general de Tráfico, Pere Navarro, junto al secretario de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Luís Martínez-Sicluna.
La estampa se repite cada día en grandes ciudades y también en pequeñas y medianas villas: un peatón cruza confiado, un ciclista esquiva coches estacionados, un motorista acelera entre carriles, un patinete en el que se desplaza sin casco, un conductor que con las prisas para no llegar tarde al trabajo arranca sin cinturón… Es cuestión de segundos que un despiste o una imprudencia deriven en un atropello, una colisión o una caída. En la mayoría de los casos, el siniestro se salda con el usuario herido, pero a escasos metros de casa también se corre el riesgo de quedarse en el asfalto. Los 265 fallecidos en zona urbana en el periodo 2015-2024 en Galicia ya representan un tercio las víctimas mortales que se registraron en esos diez años en carreteras secundarias, autopistas y autovías (un total de 883) y suponen ya una cuarta parte del total de muertos en siniestros viarios en la comunidad.
Aunque en 2024 la siniestralidad mortal urbana descendió en Galicia un 6% , al pasar de 32 a 20 víctimas —el mismo porcentaje que en el conjunto nacional, que de 518 fallecidos en ciudad en 2023 se pasó a 488—, el balance de la comunidad gallega es uno de los peores desde que hay registros, solo superado por los 32 fallecidos en zona urbana en 2017 y 2023.
Comunidades
A la cabeza de la siniestralidad mortal en zonas urbanas, se coloca Andalucía con un total de 104 fallecidos el año pasado, lo que supone el 21% del total en España. Le sigue en este mapa de accidentalidad en vías urbanas Cataluña, con 89 víctimas; Madrid con 52, Comunidad Valenciana con 39 y, en el quinto puesto, Galicia con 30, lo que supone un 6% del total de víctimas en siniestros de tráfico en las ciudades de todo el país.
Marcadas en rojo en las estadísticas de la DGT y los ayuntamientos están seis comunidades por su tendencia al alza en estos accidentes de tráfico: Andalucía, Aragón, Asturias, Murcia, Navarra y La Rioja.
Pero a los fallecidos se suma una larga lista de heridos en estos siniestros. Fueron un total de 66.545 los accidentes registrados en zonas urbanas que además de las 488 víctimas mortales dejaron 5.043 heridos que requirieron ingreso hospitalario. Pese al descenso general de los siniestros mortales en ciudad (-6%) hubo un aumento en los heridos graves (un total de 123 más, lo que supone un repunte del 3%).
El foco está puesto sobre los usuarios vulnerables, que representan casi el 80% de los fallecidos en vías urbanas —. Dentro de este grupo, los peatones fueron los más afectados, con 206 víctimas mortales el año pasado (42% del total), seguido por 139 motoristas (28%), 26 ciclistas (5%) y 13 vehículos de movilidad personal (3%). En contraste, el 16% de los fallecidos en ciudad viajaban en turismos (un total de 79), lo que —apunta el informe— «pone de manifiesto la desprotección de quienes se desplazan sin carrocería en entornos urbanos cada vez más complejos y compartidos».
En el grupo de peatones atropellados, el 66% superaban los 65 años. Por el contrario, en los motoristas el perfil que prima va de los 25 a 54 años. En su intervención, Pere Navarro apuntó a estos dos colectivos como los «prioritarios» en las políticas de seguridad vial. «Los datos nos dicen que tenemos que centrar nuestros esfuerzos en los atropellos, los motoristas urbanos y en las distracciones por el uso del móvil», concluyó el director de Tráfico.
El 28% de los fallecidos iban sin casco o cinturón de seguridad
Cinturón de seguridad o casco. Son los elementos que salvan vidas o minimizan el alcance de una lesión de tráfico. El año pasado, el 28% de los fallecidos en vías urbanas no llevaban los accesorios de seguridad obligatorios, dos puntos por encima del porcentaje de 2023. «Esta cifra evidencia que, pese a las campañas de concienciación, todavía persiste un reducido grupo de usuarios de la vía que hace caso omiso a las normas de circulación», advierte la DGT.
En cuanto al accidente tipo, tras los atropellos (42%), destacan las salidas de vía que causaron el 22% de las muertes en ciudad y que afectan sobre todo a motoristas. De ahí, la necesidad de actuar sobre el diseño de los cruces, la gestión de velocidades y la protección de los modos de transporte más expuestos.
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