Vandalismo en la Ciudad del Artista Fallero

Hubo un tiempo en el que la Ciudad del Artista Fallero de València se quiso convertir en un espacio lúdico y recreativo. Que se pensara en él como un sitio donde poder celebrar actividades aprovechando que es un lugar apartado, donde se molesta poco, cerca de la ciudad y, sobre todo, que fuera un punto de encuentro, un lugar al que ir para visibilizar que allí es donde se crean las Fallas. Se organizaron actos del mundo festivo con esa intención, como algunos aniversarios de la proclamación de la fiesta como Patrimonio de la Humanidad. Incluso hay comisiones cercanas que utilizan sus calles para ensayar bailes regionales. Pero ahí se quedó. Lo que no se quería, no se buscaba, y no remite, es que esa nocturnidad y ese aislamiento sea el escenario perfecto para la proliferación del botellón. Cada vez mayor, cada vez peor y cada vez más peligroso. Es normal que las fiestas nocturnas descontroladas busquen lugares aislados o muy acotados. Y que, en caso de ser desalojados, se muevan en busca de un nuevo escenario.

Fuente