El nuevo mercado medieval de Alicante, que apenas lleva unos días instalado en el parque de Canalejas, está generando molestias entre los vecinos del entorno. Pese al refuerzo de la limpieza que el Ayuntamiento y la concesionaria del servicio han puesto en marcha, el volumen de asistentes y los residuos que se generan de los establecimientos de restauración han causado colapsos en contenedores y papeleras de la zona. Una circunstancia que algunos residentes también atribuyen al propio evento, al que responsabilizan de no hacer buen uso del servicio de recogida de residuos.
En un escrito dirigido al alcalde y al resto de miembros de la Corporación municipal, una vecina ha hecho llegar una docena de imágenes de las calles adyacentes al mercado, como las de Alemania, Ramón y Cajal o el propio parque de Canalejas. En ellas, lamenta que el resultado del evento se ha traducido en contenedores colmatados, papeleras a rebosar y lixiviados en aceras. Una situación que considera del todo inadmisible, especialmente cuando la nueva tasa de basuras contempla importantes subidas que, en su caso, ha disparado el recibo hasta los 144 euros. «Se nos ha obsequiado con basura, suciedad y olores», lamenta esta vecina.
Desde el servicio, explican que se ha incrementado el número de contenedores (duplicando los existentes hasta la fecha en la zona) y que también se han instalado nuevas papeleras. Además, apuntan que también se lleva a cabo una recogida más intensiva, vaciando los depósitos de grandes dimensiones tres veces al día, mientras que los de menor tamaño se recogen entre dos y tres ocasiones cada jornada.
Una de las zonas del parque de Canalejas donde se ha llevado a cabo un refuerzo de contenedores. / INFORMACIÓN
Al margen de estas imágenes, los vecinos también señalan directamente al mercado, que presenta habitualmente restos de servilletas, vajilla desechable y comestibles en el suelo. Además, el traslado de bolsas de basura hacia otros contenedores que no son los que se han instalado específicamente para el evento ha generado marcas en las aceras y en la calzada a causa de los restos líquidos. «A veces nos quejamos y los primeros cochinos somos nosotros», apuntaba otra residente este miércoles: «Las cosas no se pueden tener así, si vienes a hacer negocio al parque tendrías que dejarlo casi mejor que te lo encuentras», añade.
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