Después de visitar la tumba de Aziz y gritar al cielo que no sabe quién es, Timur ha buscado respuestas. Al llegar a la mansión, ha pedido hablar con Nevra. Han subido a una habitación y, por fin, se ha enfrentado a ella.
“Muy bien… ¿quién es mi padre?”, le ha preguntado muy afectado. Timur ya sabe que Leyla es su verdadera madre, pero aún necesita entenderlo todo.
Nevra ha intentado justificarse. Le ha dicho que Leyla nunca les dijo quién era su padre y le ha recordado que, desde que lo tuvieron en brazos, lo quisieron como un hijo.
Pero Timur no ha podido contener el dolor. “El otro día, cuando me acariciaste la cabeza por primera vez en años, ni siquiera eso habías hecho nunca”, le ha dicho con rabia.
Con el alma rota, Nevra le ha dicho que lo siente como un hijo y lo ama con todo su ser, aunque él no ha podido evitar la comparación. “Nunca me has hecho sentir lo que veo entre mis hijos y Bahar”, ha respondido llorando.
La conversación ha sido devastadora. Pero Timur ya no tiene fuerzas, ha confesado que se va a vivir con Parla… y al irse, solo ha podido decirle que necesita espacio y no sabe qué papel tendrá a partir de ahora en su vida: “Deme un poco de tiempo, señora Nevra”.