Los astrónomos calculan que el Universo morirá en 33 mil millones de años, mucho antes de lo que pensábamos hasta hoy. La teoría predice que el principio del fin será dentro de unos 10 mil millones de años, un tiempo menor a la edad actual del cosmos.
El cosmos, según un nuevo estudio teórico publicado en arXiv, podría comenzar su fase de declive dentro de apenas 10 mil millones de años y culminar en un gran colapso al cabo de aproximadamente 33 mil millones de años, una cifra sensiblemente inferior a las estimaciones tradicionales sobre la longevidad del Universo.
La investigación, liderada por Hoang Nhan Luu, parte del modelo de energía oscura de axiones (aDE), en el que se combina un campo de axiones ultraligeros con una constante cosmológica negativa. En este escenario, los axiones impulsan la expansión acelerada actual, pero su densidad se diluye con el tiempo, permitiendo que el efecto de atracción asociado a la constante cosmológica negativa se imponga y revierta la expansión del Universo.
Según informa Live Science, la ecuación de estado de la energía oscura se ajusta mejor a los datos combinados del Dark Energy Survey (DES) y del Dark Energy Spectroscopic Instrument (DESI), cuando se incluyen tanto los axiones como un valor negativo para la constante cosmológica.
Una paulatina contracción
La constante cosmológica es un término en las ecuaciones de la relatividad general de Einstein que en principio se introdujo para describir un Universo estático. Actualmente, se relaciona con la expansión acelerada del cosmos y se considera equivalente a la energía oscura.
Sin embargo, el nuevo estudio sugiere con alta probabilidad que la constante cosmológica podría ser menor que cero: en caso de confirmarse, esto modificaría nuestra comprensión del destino último del cosmos, al indicar que la expansión acelerada y permanente no explicaría el comportamiento del Universo.
Para fundamentar el modelo, los científicos analizaron datos de supernovas tipo Ia, lentes gravitacionales y distribuciones de galaxias recolectados en años recientes. Estas observaciones proporcionan indicios en torno a que la “fuerza repulsiva” de la energía oscura está debilitándose paulatinamente, un aspecto incompatible con el paradigma estándar de la constante cosmológica de Einstein.
¿Vivimos en un cosmos más viejo?
El mecanismo propuesto implica que, en unos 10 mil millones de años, la aceleración crecerá tan lentamente que comenzará a frenarse, deteniéndose y revirtiéndose gradualmente. A partir de ese momento, la gravedad y la constante negativa dirigirán la contracción universal, aglutinando galaxias y aumentando la densidad general hasta un colapso final, aproximadamente dentro de 33 mil millones de años.
Referencia
The Lifespan of our Universe. Hoang Nhan Luu et al. arXiv (2025). DOI:https://doi.org/10.48550/arXiv.2506.24011
Según explica Space.com, este panorama difiere del modelo “Big Freeze” o “Gran Frío”, que contempla una expansión indefinida con enfriamiento progresivo y extinción estelar, e incluso del llamado “Big Rip”, donde la aceleración crecería sin límites hasta desgarrar estructuras atómicas. Por contraste, el “Big Crunch” representaría un regreso simétrico al estado inicial, una suerte de «espejo» del Big Bang.
Las implicaciones de la nueva teoría son profundas. Un Universo ya avanzado en su evolución cósmica, y no en la mitad de su desarrollo como se cree actualmente, podría obligar a reformular la historia futura de la materia y la energía. Además, la posible detección de axiones en laboratorios de física de partículas o mediante rastreos astronómicos sería crucial para validar esta hipótesis.