El Sabadell sigue en armas contra la oferta de compra (opa) del BBVA. La cúpula del banco catalán ha exigido este miércoles a su rival que sea «transparente y muy claro» en el folleto de la operación, que el banco de origen vasco tiene previsto publicar a principios de septiembre y que debe recoger todas las estimaciones económicas y riesgos de la transacción. El consejero delegado, César González-Bueno, ha insistido especialmente en que su competidor debe aclarar si cree que podrá mejorar la rentabilidad que la entidad catalana espera brindar a sus propios accionistas en los próximos tres años: «Con eso ya tendríamos un grandísimo avance, porque esa información no existe y la que hay no es comparable».
El ejecutivo, así, se ha referido indirectamente al último campo de batalla en que las dos entidades se han embarrado. En los últimos días, los dos bancos se han lanzado a prometer remuneraciones récord a sus accionistas en los próximos años: 36.000 millones hasta 2028 en el caso del BBVA y 6.300 millones hasta 2027 en el del Sabadell. Estas cifras, sin embargo, no son comparables por el distinto tamaño de las entidades. La realidad es que las dos ofrecen un retorno anual del 15%, que en los dos casos se basan en sus previsiones en solitario. No sirven de referencia, por tanto, a los propietarios del Sabadell para tomar una decisión sobre la oferta.
Lo que se trasluce de fondo es que la cúpula del Sabadell cree que su competidor no podrá mantener esa promesa de rentabilidad si triunfa la opa, ya que la condición de no fusión durante tres años impuesta por el Gobierno retrasará sus beneficios económicos. Un motivo más para que en el banco crezca la convicción de que la opa va a fracasar. «El BBVA debe aclarar si los accionistas del Sabadell, si acuden a la opa, van a recibir el 25% del valor en bolsa de sus acciones entre dividendos y recompras de acciones este año y el 40% en tres años (como les ha prometido la entidad catalana)», les ha retado González-Bueno.
La duda que persiste es si el BBVA mejorará su oferta. Lo ha negado hasta la saciedad, pero puede ser verdad o no, porque ese tipo de mejoras nunca se anticipan en este tipo de operaciones. Incluso si sube el precio, existe incertidumbre sobre hasta qué punto podría hacerlo sin que se viese afectada su cotización en bolsa. Un punto clave al estar articulada la operación mediante un intercambio de acciones: si sube el precio pero baja el valor de los títulos que se entregan como pago, un efecto puede neutralizar el otro.
Razón y corazón
En esta línea, el presidente del banco, Josep Oliu, ha llamado a sus accionistas a decidir sobre la opa con criterios objetivos, pero también emocionales. «Los accionistas tenemos la responsabilidad de decidir el futuro de esta entidad, anclados en nuestro pasado y nuestro presente. Cuando se toman grandes decisiones, hay que actuar con razón, tener en cuenta el valor y los riesgos, pero también hay lugar para el corazón y para la institución«, ha argumentado durante las juntas de accionistas que el Sabadell ha celebrado para aprobar la venta de su filial británica y el pago de un dividendo extraordinario de 2.500 millones de euros en el primer trimestre del año que viene.
El banquero, así, ha instado a sus propietarios a valorar el riesgo que supone aceptar la opa dado que el Gobierno ha dictaminado que las dos entidades no se podrán fusionar durante tres años, ampliables en otros dos. En el mismo sentido, el consejero delegado ha insistido en que las sinergias de costes que justifican la operación «son cero» durante ese periodo, y «posteriormente, no es evidente», ya que dependerá de que haya fusión o no.
Trituradora fiscal
Oliu, asimismo, ha recordado que aceptar la opa tendrá un tratamiento fiscal desfavorable y ha recordado que los accionistas del banco pueden comprobarlo en la web de la entidad, en la que se ha incluido una «calculadora fiscal, a la que más bien llamaría trituradora fiscal«. La pequeña parte en efectivo de la oferta (70 céntimos por título, fruto del abono de dividendos por parte del BBVA desde que lanzó la opa) supera el 10% del valor nominal de las acciones del BBVA (49 céntimos). Según cálculos del Sabadell a partir de los datos de sus accionistas que tienen depositados los títulos en la propia entidad, ello implicaría que el 88% de sus propietarios minoritarios o particulares (que representan algo menos de la mitad del capital) tendrían que pagar más impuestos de lo que recibirían en efectivo si aceptasen la opa.
Oliu, asimismo, ha recordado que el periodo de aceptación de la operación para los accionistas del Sabadell se abrirá previsiblemente en septiembre y que, una vez abierto, el consejo de administración del Sabadell tendrá 10 días para emitir su opinión sobre la oferta. El único guiño directo que se ha permitido sobre el futuro de la entidad ha sido indirecto: «Vuelvo una vez más a reiterarles mi agradecimiento por la confianza que me han dispensado a lo largo de los años, y con la que espero seguir contando».
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