El Ministerio de Defensa ha optado por descartar el caza F-35, valorado en más de 6.000 millones de dólares, y apostar por alternativas europeas como el Eurofighter.
La decisión se enmarca en el nuevo plan de inversiones en Defensa, aprobado en abril, que destina 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB en gasto militar. Según ese plan, el 85% de los fondos deben quedarse en la industria europea.
Este compromiso de inversión en industria europea resulta incompatible con incorporar un modelo estadounidense como eje principal de la aviación de combate.
El cambio afecta directamente a la Armada, que tiene previsto dar de baja en 2030 su flota de Harrier AV8B. La versión naval del F-35, el modelo B, era la única alternativa viable para mantener operativa la aviación embarcada desde el buque Juan Carlos I.
Hasta que la Armada cuente con un nuevo portaviones, cuyo estudio ya ha encargado a Navantia, el Ejército solo podrá operar helicópteros desde su buque insignia. El Ejército del Aire también valoraba el F-35 como sustituto parcial de sus F-18 más antiguos.
Ofensiva parlamentaria
El PP ha reaccionado con una ofensiva parlamentaria para reclamar explicaciones al Gobierno. Por un lado, ha solicitado la comparecencia de la ministra Margarita Robles en la Comisión de Defensa para informar sobre la decisión y sus consecuencias.
El Grupo Popular también ha registrado una batería de preguntas escritas. Entre ellas, pide conocer el «criterio técnico» para descartar el F-35 y saber qué «alternativas» hay a corto plazo para sustituir los Harrier. También pregunta si se alargará su vida útil.
Los populares se interesan además por el calendario previsto para dotar a España de las capacidades que ofrecía el F-35 y por cómo se garantizará el despliegue aéreo naval mientras tanto. En sus preguntas, recuerdan las palabras de Guijarro en el Congreso.
La decisión del Gobierno de Sánchez se produce en un contexto de tensiones con Estados Unidos. Donald Trump ha criticado en varias ocasiones el gasto de España en Defensa y ha pedido a la UE que aumente sus compras de material militar estadounidense.