La compañía de Elon Musk, Tesla, tiene miedo de perder a su principal activo: el propio Musk. Para evitar su salida, el consejo de administración ha aprobado otorgarle un paquete de 96 millones de acciones restringidas valorado en 29.000 millones de dólares. Se trata de un gesto calculado, enmarcado dentro de un plan de incentivos que busca, según explican desde la empresa, “reconocer los logros de Elon y el extraordinario valor que ha aportado a Tesla y a nuestros accionistas”.
Así lo expresaron Robyn Denholm y Kathleen Wilson-Thompson, integrantes del comité especial del consejo, que recordaron además que el empresario no ha recibido una compensación significativa en los últimos ocho años.
El paquete de incentivos fue anulado en 2018
Este voluminoso paquete accionarial se explica, en parte, por el reciente revés judicial que recibió Tesla. En enero de 2024, un tribunal de Delaware anuló el paquete de compensación que se le había aprobado a Musk en 2018 —incluía 304 millones de opciones sobre acciones, que al precio actual de los títulos de Tesla supone un pago de unos 98.000 millones de dólares— al considerar que el proceso de aprobación por parte de la junta fue defectuoso e injusto para los accionistas. Musk interpuso una apelación en marzo, argumentando que el juez de primera instancia cometió errores legales al anular la que ha sido la mayor retribución a un CEO en la historia corporativa de EEUU.
En paralelo, y ante el incierto desenlace judicial, Tesla anunció en mayo la creación de un comité especial para reconsiderar ciertos aspectos de la compensación de Musk, aunque sin detallar su alcance. La nueva concesión de acciones llega en ese contexto: con el objetivo de reforzar la permanencia del CEO y sortear los efectos del fallo.
Así, el nuevo plan establece que Musk podrá recibir las acciones dos años después de haberse tomado la decisión, siempre y cuando siga en la empresa como consejero delegado o responsable de desarrollo de producto u operaciones. Además, incluye una cláusula de retención obligatoria por la que no podrá vender ni transferir las acciones antes de cinco años.
Para acceder a este incentivo, Musk deberá abonar 23,34 dólares por cada acción —el mismo precio de ejercicio que figuraba en el plan original de 2018.
Sin embargo, la medida tiene una condición crítica, pues si, antes de la fecha de adjudicación, los tribunales de Delaware emiten la decisión de anular el plan anterior, la nueva concesión también quedará sin efecto y las acciones se devolverán a Tesla.
Asegurar su talento
Desde la dirección de la compañía insisten en que retener a Musk es más urgente que nunca, especialmente en un entorno donde la competencia por el talento en inteligencia artificial se intensifica y en el que la compañía no para de caer en ventas. Durante el primer semestre de este año, cayeron un 13%, una caída menos brusca de la que esperaban los analistas y que le hizo rebotar un 5% el mismo día de la presentación de resultados.
En Tesla están convencidos de que su CEO no solo ofrece visión y liderazgo estratégico, sino que también actúa como un imán para atraer y mantener a ingenieros punteros, en un momento en que las grandes tecnológicas están cerrando fichajes con paquetes de nueve cifras.
“Confiamos en que este premio incentivará a Elon a seguir al frente de Tesla y a centrar sus habilidades en la creación de valor para los accionistas”, concluye el comité. La pérdida de Musk, añaden, supondría no solo un golpe al liderazgo, sino también a la capacidad de la compañía para competir en la carrera por el talento.