La mayor ola de calor del verano abrasará Asturias hasta el domingo. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha activado un aviso especial por altas temperaturas, que no solo afectará a la mitad sur del país, sino también al Cantábrico. En el Principado se esperan máximas para los próximos días de hasta 36 grados en el Suroccidente. Hoy, el mercurio marcó 34,8 en San Antolín de Ibias. Pero los termómetros podrían ir a más en las próximas horas. El día más caluroso será el jueves, con máximas de 36 grados en el Suroccidente, 30 en el centro de la región y 27 en la costa. Asturianos y turistas agradecen unas temperaturas «muy llevaderas». «No tiene nada que ver con lo que ocurre en otros lugares de España, donde es insoportable», cuentan.
«En la playa se está genial». Con estas palabras resumían este lunes Beatriz Zamora y Rosa Gómez el sentir de todos los que se dieron un chapuzón en Gijón. Ambas son sevillanas y están encantadas. «Venimos a pasar unos días de vacaciones huyendo del calor porque en el Sur es inaguantable. Hay diez grados más», decían, mientras disfrutaban de su día en Poniente.
En el mismo arenal estaban Amelia Villafruela y Jesús Ortiz, una pareja de jubilados que reparte el año entre Madrid, Benidorm y Gijón. Ortiz, gijonés, contaba que suelen pasar largas temporadas en la ciudad. «Tenemos vacaciones eternas», bromeaba. «Hace calor, pero comparado con el tiempo de Madrid, Asturias es el paraíso», decían.
Beatriz Suárez se abanica, ante un establecimiento hostelero de Sama (Langreo). / LNE
El buen tiempo también animó a grupos de asturianos a acercarse a la costa. Entre ellos las ovetenses Carolina Ortiz, Irene Rodríguez y Laura Prado, quienes aprovecharon el día para hacer una escapada a Gijón. María Fraga, natural de Noreña, no faltó tampoco a su cita con Gijón. «Hace mucho calor, más que otros años, pero se está mejor aquí en la playa», comentaba.
Ventiladores, terrazas a la sombra y cubiteras para la sidra fueron algunas de las herramientas utilizadas este lunes en las Cuencas para combatir el calor. Tampoco faltó el abanico, que la langreana Beatriz Suárez no dejaba de mover para refrescarse. «En la costa tira más la brisa, aquí es sofocante», decía. «Lo que suelo hacer es hidratarme mucho. Vengo del médico porque tengo dolor de espalda, así que me iré a casina a descansar y a bajar las persianas para aguantar como se pueda porque aquí no estamos acostumbrados a tanto calor», añadía.

Un joven pasa junto a un termómetro que marca 30 grados en el barrio de Llamaquique, en Oviedo. / LNE
Durante todo el día, los parques infantiles y las terrazas al sol estuvieron prácticamente desiertos. Sí había clientes en las que estaban a la sombra, procurando buscar cualquier hilo de brisa. En la sidrería de Sama regentada por Margot Salazar, las elevadas temperaturas de la jornada provocaron que una clienta sufriera una indisposición. «Le dio un golpe de calor al parecer y la pobre, literalmente se cayó sobre el plato. Vino la ambulancia y los servicios médicos la estuvieron atendiendo», señalaba Salazar, que destacaba lo complicado que se hace trabajar en días de calor así en los negocios hosteleros, sobre todo a los profesionales que están en cocina. «Hoy el postre que ha triunfado es la mousse de limón», apostillaba.
Pese a que el Cantábrico está bajo alerta por la ola de calor y que las máximas temperaturas del Principado se concentren en el Suroccidente de la región, Oviedo también rebasó este lunes los 33 grados sin dificultad, temperatura sorprendente a tenor de la media de este mes el año pasado, cuando fue varios grados menor. Diego Adrián Mascareñas, argentino residente en Oviedo y acostumbrado al clima subtropical, cree que «estas temperaturas son soportables», aunque reconoce que «el calor en Asturias es mucho más sofocante». «En Buenos Aires se vive con 40 grados y es normal y aquí 28 se notan», indicaba. «Está haciendo un verano muy bueno y con críos pequeños es una gozada», explicaba Maite Guzanda cerca del Campo San Francisco, donde los niños jugaban con globos de agua.

Una terraza a rebosar en la plaza de España de Avilés. / LNE
Las terrazas y calles de Avilés se llenaron hoy también de vida. «Siempre venimos al Norte para escapar de calor, pero cada verano nos sorprendemos más de las altas temperaturas. Si la cosa sigue así, no sé dónde acabaremos», exclamaba entre risas el madrileño José Ángel López. Pero el termómetro no deja solo perplejos a los turistas, pues la ola de calor también impacta en los vecinos, acostumbrados a un ambiente más suave. «Es un lujo poder pasear con este tiempo», comentaba Luisa Fernández. Con máximas previstas de hasta 27 grados en Avilés y comarca, esta semana apunta a convertirse en una de las más calurosas de todo el año.
El aumento de grados que se esperan los próximos días coinciden con una de las citas más esperadas del verano avilesino: el Festival de la Cerveza. El buen tiempo está garantizado.
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