Ante lo que califican como una «ofensiva desreguladora», un amplio conjunto de organizaciones conservacionistas ha puesto en marcha una iniciativa de financiación colectiva y cooperación: recaudan dinero para defender la protección del lobo ibérico.
La Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica (PDCC), junto con decenas de entidades de España y Portugal, ha creado el Fondo para la Protección del Lobo Ibérico. Esta respuesta surge tras la exclusión de la especie del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) al norte del río Duero, un cambio normativo aprobado el pasado 20 de marzo mediante una enmienda introducida en la Ley de prevención del desperdicio alimentario.
La medida legislativa, según la PDCC, está siendo interpretada por algunas administraciones autonómicas como un «salvoconducto para la gestión letal» de las poblaciones de lobo ibérico. La plataforma denuncia que esta exclusión del LESPRE, un estatus de protección que la especie obtuvo hace solo unos años basado en un dictamen científico y respaldado por el Consejo de Estado, no constituye un mero ajuste administrativo.
Relato apocalíptico y falaz sobre el lobo
Por el contrario, la califican como «el primer paso para normalizar su caza masiva, disfrazada de ‘gestión’». Afirman que se enfrentan a «un ataque sin precedentes contra el lobo ibérico: una campaña orquestada desde sectores políticos y económicos que buscan desmantelar su protección legal», un modelo que, a su juicio, «privilegia intereses particulares sobre el bien común, amenazando no solo al lobo, sino a todo el equilibrio ecológico que sostiene».
Una manada de lobos ibéricos. / Agencias
La iniciativa denuncia que determinados sectores difunden un «relato apocalíptico y falaz sobre el lobo», intentando imponer la idea de que su presencia «hace inviable la vida rural». Frente a este discurso, el Fondo para la Protección del Lobo Ibérico se erige sobre tres pilares fundamentales que, según sus promotores, justifican la defensa a ultranza de la especie: la evidencia científica, la ética ambiental y la viabilidad del futuro rural.
«Un acto de soberbia»
En el ámbito científico, la PDCC subraya que «el lobo es un regulador ecológico esencial». Su papel como superdepredador es crucial para el mantenimiento de la salud y el equilibrio de los ecosistemas que habita. Desde la perspectiva ética, la plataforma es contundente: «Eliminar una especie es un acto de soberbia, un salto atrás hacia esa visión caduca donde el hombre se erige en dueño y señor del universo».
Proteger al lobo, argumentan, es «un imperativo moral«. Respecto al futuro de las zonas rurales, defienden que «la coexistencia es posible, pero exige voluntad política, no escopetas«.
La clave, según exponen, radica en la implementación efectiva de medidas preventivas para evitar daños al ganado, junto con un sistema ágil de peritaje y compensación por los daños que efectivamente ocurran, todo ello enmarcado en programas de educación y mediación social que mejoren la percepción de esta especie clave.
«Voluntad, no escopetas»
Para materializar esta defensa, el Fondo impulsará acciones concretas financiadas mediante micromecenazgo. Los recursos recaudados se destinarán prioritariamente a acciones legales y jurídicas para impugnar la nueva situación normativa y cualquier medida de gestión letal que se derive de ella. Además, se combatirá la desinformación sobre la especie y su impacto, y se promoverán activamente la educación ambiental y la mediación social.

Lobo muerto a balazos hace unos años en Asturias. / LNE
El objetivo final es «mejorar la imagen pública del lobo ibérico» y demostrar que su conservación es «compatible con las actividades humanas en el medio rural».
La Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, entidad que lidera y promueve esta iniciativa, tiene una trayectoria de más de veinte años. Surgió de un encuentro entre naturalistas junto al bosque de Muniellos, en Asturias, con el objetivo de defender la excepcional biodiversidad, geodiversidad y patrimonio cultural de las montañas cantábricas.
Respaldo de 59 entidades
El colectivo, integrado por personas del ámbito académico, científico, de la biología de la conservación y del naturalismo, ha impulsado movilizaciones, recursos jurídicos, reclamaciones administrativas y divulgación. En esta ocasión, no actúa sola. La iniciativa cuenta explícitamente con el respaldo de 59 entidades de conservación de la naturaleza de España y Portugal.
La respuesta ciudadana a la llamada de financiación ha sido importante: hasta ahora, más de 1.300 personas han realizado aportaciones económicas al Fondo. Se han recaudado más de 71.000 euros. Pero la meta establecida es ambiciosa: alcanzar los 219.010 euros en los próximos tres meses.
Una batalla legal compleja
El cierre de esta fase de recaudación marcará el inicio de la aplicación práctica de las estrategias de defensa jurídica, comunicación y mediación. Los impulsores de la campaña creen que el futuro inmediato del lobo ibérico al norte del Duero, una población cuya protección legal ha sido drásticamente reducida por vía parlamentaria, dependerá en gran medida del éxito de esta iniciativa ciudadana.

Dos lobos muertos a tiros y colgados de un cartel este año en Ponga (Asturias). / LNE
La batalla legal se prevé compleja, enfrentando los argumentos científicos y éticos de las organizaciones conservacionistas contra las interpretaciones de las administraciones autonómicas que ven en la nueva norma una oportunidad para ampliar el control letal del cánido salvaje.