La Casa Cornide ha abierto a las nueve de la mañana sus puertas. Los primeros en pasar han sido la alcaldesa, Inés Rey, el historiador Alfredo Vigo Trasancos, autor del exhaustivo informe sobre el inmueble que dio pie a que fuese declarado Bien de Interés Cultural (BIC), el portavoz del BNG en María Pita, Francisco Jorquera, y Rubém Centeno, en representación de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica.
La alcaldesa, Inés Rey, ha explicado esta mañana que había sido su equipo el que había reservado las cuatro entradas por la web (la otra la había cogido un medio de comunicación) y que había decidido invitar al BNG, «por ser uno de los impulsores de que la Casa Cornide hubiese sido declarada BIC» y que, entre ella y Jorquera habían asignado las otras dos.
Es la primera vez que las puertas de la Casa Cornide se abren al público general, en cumplimiento de las normas que rigen a los BIC. «De invitados venimos todos, que el edificio aún no es público», ha remarcado la alcaldesa.
Los Franco están obligados a abrir la Casa Cornide al público al menos cuatro días al mes y durante cuatro horas cada día. Eligieron que las visitas fuesen los lunes de nueve de la mañana a una de la tarde. Cada visita dura una hora y tiene un aforo limitado a cinco personas.
«Todo lo que hay en el interior es un misterio», ha comentado Vigo Trasancos, que ha entrado en la vivienda con los planos de 1951 y de la reforma de 1962 que tiene de la Casa Cornide. «Vamos a ver lo mucho o poco que pueda quedar. Todo lo arquitectónico es lo más valioso y lo que no sea arquitectónico es la parte misteriosa que queda por desvelar», ha explicado, haciendo hincapié en que, «afortunadamente», lo mas interesante y de más valor patrimonial es el exterior.
En su visita, Vigo Trasancos se fijará, sobre todo, en si persisten las escaleras, tanto la principal como la secundaria y, en el salón principal, porque según el historiador, «hay dos arcos parecidos a los que hay en el hostal de los Reyes Católicos y que habrá que determinar si son originales o réplicas». Estará atento también a si hay «piezas que provienen del hospital de Caridad», desaparecido en 1958 cuando la Casa Cornide pasó de ser del Estado a manos particulares.
Fue uno de los trabajadores de la Casa Cornide el encargado de abrir las puertas para recibir a los primeros visitantes, que ha alertado a los visitantes de que no pueden hacer fotos.