El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha enmarcado este domingo su polémica frase de que «las vacaciones están sobrevaloradas» en el sentido del humor, y tirando de nuevo de ironía ha dicho: «y al que no sabe aguantar una broma, le digo, tómate un albariño y descansa«.
Feijóo, que está pasando estos primeros días de agosto en Galicia, ha hecho estas declaraciones aludiendo al famoso vino gallego en un acto con motivo de la Fiesta del Albariño de Cambados, donde, vestido con la capa de Gran Mestre (Gran Maestro) se ha encargado de dar la bienvenida a la nueva promoción de Donas y Cabaleiros.
«El otro día dije que las vacaciones, para quienes no pueden tomarlas, para millones de autónomos, para millones de parados, también para miles de enfermos o para gentes que están estudiando, estaban sobrevaloradas, y se lió un pequeño asunto en redes sociales. Bueno, a quien no sabe distinguir una broma yo le diría, tómate un albariño y descansa, y desde aquí -ha subrayado- les mando muchos ánimos a los que tienen que trabajar en agosto», ha zanjado el líder del PP.
Su intervención ha estado plagada de metáforas alrededor del albariño, y ha destacado que aquí «las coaliciones son muy sólidas, casi todo el mundo sabe el presupuesto que trae para la fiesta y no prorroga el anterior», en clara referencia a la falta de propuestas de un nuevo presupuesto por parte del Gobierno.
«Si hace falta referéndum, que sea para decidir qué maridaje es mejor, y, a partir de ciertas horas, ya todo es una cuestión de confianza», ha continuado siguiendo el símil de la fiesta del albariño y haciendo gala del humor gallego, que ha considerado «fundamental» para poder «dedicarse a esto de la política».
Durante su intervención, ha querido reivindicar también «esa Galicia alegre y abierta, y también esa España que no vive en el conflicto ni se deja arrastrar por la crispación, una España en la que cabemos todos, independientemente de lo que pensemos, de donde vengamos o de a quién votemos porque sabemos trabajar juntos, brindar juntos y reconocernos en lo mucho que tenemos en común».
«España vive tiempos inciertos, donde hace falta templar, pero también actuar, donde se necesita menos espectáculo y más propósito. Me conocéis, sabéis que no vengo a alimentar trincheras sino a tender puentes», ha asegurado para después resaltar que es posible «otro clima político, donde haya más respeto y menos ruido, más acuerdo y menos cálculo, más trabajo serio y menos teatro».
Ha hablado también de los retos políticos que se presentan, como «proteger el rural, defender nuestra forma de vida, garantizar oportunidades para los jóvenes, impulsar el turismo interior y dinamizar nuestra economía sin perder el alma», y se ha comprometido a tratar de conseguir aranceles «razonables».