Andrea Fuentes (Valls, 1983) tomó el pasado mes de noviembre las riendas del equipo español de natación artística después de una exitosa etapa como seleccionadora de Estados Unidos. En ocho meses ha revolucionado el equipo con la introducción de una nueva filosofía de trabajo que ya ha dado sus frutos: nueve medallas de once en el pasado Mundial de Singapur, tres de ellas, de oro.
La seleccionadora, que es además la nadadora española más laureada con hasta cuatro medallas olímpicas, visitó la redacción de SPORT para repasar de todo lo vivido en la cita asiática, así como de los objetivos de la selección.
Primera gran competición al frente de España y nueve medallas de once. ¿Esperabais este buen rendimiento?
La verdad es que ha superado bastante las expectativas. Me acuerdo al salir de casa que mi hija me dijo, ‘yo creo que ganáis cinco medallas’. Y yo, ‘guay, estaría muy bien’. Y al final han sido nueve y tres de oro. Para mí eso ha sido como, ‘guau. Ganar la primera fue muy bestia. Te entra una energía increíble, fuimos corriendo por ahí a buscar a Iris. Y la segunda fue como, ¿en serio? ¿Otra vez? Y la tercera fue como, ‘un momento’. Te entra hasta miedo, como vértigo. Y fue muy interesante ver el proceso de cómo iba todo y cómo tenías que volver a concentrarte porque por la tarde venía otra competición. Ha sido ultra intenso. Nos hemos tirado a competir 18 veces y han sido 11 finales. Muy fuerte. Muy abrumador, pero en el buen sentido de la palabra.
Decías que he dado un poco de vértigo. ¿Habéis podido asimilar en estos pocos días que lleváis en España todo lo que ha pasado?
Sí, además ha sido súper bien recibido mediáticamente. Por fin en todas las entrevistas ya no se habla de cuando estaba la Tarrés, sino que viene una oleada nueva de energía y de un método muy diferente al que estamos acostumbrados. Se respira esa frescura y hace ilusión.
Andrea Fuentes, seleccionadora del equipo español de natación artística / Dani Barbeito
¿Cómo se ha adaptado el equipo al cambio de filosofía que has implementado?
Dicen que están más felices en el agua y que eso no ha quitado resultados sino al revés, los ha atraído. Muchas veces los entrenadores se piensan que por tratar mejor a los deportistas pierden autoridad o se les pueden ir de las manos. Para mi es al revés, yo trato a los deportistas como adultos y al mismo nivel que yo. Les escucho y creo que tienen mucho que aportar y que yo puedo aprender de ellos. Eso les empodera porque ven su valor y no se les trata con desconfianza ni se les hace pequeños. Eso te tiene que gustar porque además al creer más en ti aportarás más ideas y más cosas. Yo creo que es una retroalimentación que no sé por qué no se ha hecho antes.
¿Cómo ha sido el cambio de Estados Unidos a España? ¿Cuáles son las principales diferencias que te has encontrado?
Fue más shock cuando fui allí. Yo ya sabía lo que me esperaba en España, pero también quería ver el cambio generacional. Cuando llegué ahí vi en mis hijos que las escuelas educan muy diferente, al menos la que yo iba en California. A mí me encantó ver que se dedicaban a convencerte de que valías para lo que quisieras. Se centraban en las fortalezas de los alumnos. Íbamos a hablar con los profesores y decían, ‘esto lo hacen perfecto, esto lo hacen muy bien’. ¿Y qué tiene que mejorar? Y decían, ‘está genial’, tiene esto súper bueno y esto también, esto le va a llevar a sitios. Y yo decía, ‘estos no critican nunca’. Y la verdad es que vi que crecen pensando que son capaces de lo que se propongan.
En España hay mucha más crítica. Cuando llegué se comparaban un montón entre ellas, criticaban mucho al de al lado. Y yo decía, vamos a centrarnos en las cosas buenas de cada uno. No te compares para tener aquí un yo tengo más o menos, si no compárate con tu yo de ayer. ¿Qué puedes hacer mejor que tú misma ayer? ¿Tú estás yendo más rápida que tú ayer o no? O sea, compárate contigo para mejorar. Pero el de al lado, que se ocupe de él mismo. Y eso sí que lo he cambiado muchísimo. Les costó mucho cambiarlo. Todavía está ahí la comparación constante. No estamos aquí para ser modelos, estamos aquí para rendir al máximo y hacer un deporte con cosas increíbles en el agua. No estamos para fijarnos en la estética corporal, aunque con las redes sociales está muy difícil. Pero sí que veo estas dos diferencias fundamentales, que a Estados Unidos traje humildad y mejora y autocrítica en el buen sentido. Y aquí estoy trayendo lo bueno de ahí, que es fijarnos en las cosas buenas de cada uno.
Cuando llegué les dije, ‘no me gustan ni las pelotas ni las chivatas’ porque chivarse de cosas del otro va en contra de la unión del equipo
De tu etapa como nadadora, ¿qué has extraído para tu etapa como seleccionadora?
Yo era ultra trabajadora. Me esforzaba muchísimo, hacía muchas horas extras sin tener que enseñarlo a nadie. Lo hacía yo en silencio por mi cuenta. Y no era para que me dieran premios, porque lo hacía anónimamente. Y eso también lo he visto mucho. Hay mucha gente que quiere hacer solo cosas extras para que el entrenador lo vea. Y en verdad no es puro, a intención no es de mejorar, sino de ganar puntos. Cuando llegué les dije, ‘no me gustan ni las pelotas ni las chivatas’. Chivarse de cosas del otro, que lo hacían al principio, va en contra de la unión del equipo. Y va en contra de ser auténtico. Porque ser pelota no lo estás haciendo por ti ni por tu propia mejora, si no estás intentando complacerme a mí, cuando lo que tienes que complacer es a ti mismo. Y luego, si te vienes a chivar, es que no estás trabajando para que el equipo vaya a un sitio mejor. Así que en eso también tuve que reeducar mucho el método de trabajo.
Hablabas de Anna Tarrés, ahora estáis las dos en el mismo lado, ¿cómo se vive?
Está siendo muy divertido. Porque yo decía, ‘vete ya de China, que los quiero ganar, por favor’. Y ella decía, ‘ero es que esto es bien porque, Andrea, así te haré mejor entrenadora, porque me vas a intentar ganar y yo no te voy a dejar’. O a veces me dice, ‘me tendré que ir antes de que me ganes’. Es muy divertida y sana la competencia que tenemos una contra la otra. Y también seguimos aprendiendo una de la otra. Y me encanta que esté allí y quiero ganarla porque soy muy competitiva. Y es una máquina ella también. Así que en China le está yendo muy bien y me alegro de estar en España para apretarle las tuercas.

Andrea Fuentes, junto al director de SPORT, Joan Vehils / Dani Barbeito
Incluiste ya en Estados Unidos a un hombre en las rutinas de equipos y ahora con Dennis en España ¿Qué aporta la figura masculina en los equipos?
Es muy interesante porque yo veo a Dennis y veo un animal diferente al que estoy acostumbrada. Porque va a muerte desde el minuto cero. Es tan bestia y está tan motivado de rendir al máximo que, claro, las lesiones… En Dennis lo que tengo que hacer es gestionar la autoconciencia y que hay que cuidarse porque si no, no vas a poder llegar a tu máximo cuando toque. Así que con Dennis es freno. Pero también están aprendiendo mucho de él las otras chicas. Porque lo que queremos es ser súper eficientes en el agua y no reservarnos. Lo que pasa es que a él se la acaba la batería muy pronto así que hay que equilibrar un poco el aprender de las chicas esta parte y ellas aprender de él esto. Y está siendo muy interesante este proceso y además está aportando mucho carisma porque tiene muchísimo. Es una de las caras del equipo y artísticamente aporta tanto a partir de la fuerza que tiene… además para él es mucho más difícil porque flota mucho menos que la gente normal, así que este deporte es más duro que para otra gente. Lo cual todavía dice más de él, de la fuerza mental que tiene.
Yo veo a Dennis y veo un animal diferente al que estoy acostumbrada. Porque va a muerte desde el minuto cero
Dennis decía hace poco en una entrevista a SPORT que estaba muy satisfecho con el equipo porque es lo que le podría llevar a Los Ángeles 2028. ¿Cómo suena en tu cabeza Denis González, Los Ángeles 2028?
Lo tenía clarísimo antes de llegar. Lo intenté con Bill May en Estados Unidos pero no llegamos a tiempo porque lo habían anunciado dos años antes. Y el nuevo sistema no es lo mismo que antes. Bill era buenísimo antes, pero ya tenía 46 años. Estaba muy en forma pero es una natación artística diferente a la que yo hacía y él hacía. No llegamos a tiempo, lo cual me supo fatal porque él fue el pionero de todo. Dennis está acostumbrado a hacer equipo desde pequeño en el Kallipolis, lo hecho en las categorías anteriores, en junior, en Mundial junior… Y sabía que estaba preparado. Lo que no entendía es por qué no había estado antes. Creo que él tampoco se sentía preparado del todo. Y yo dije ‘te vienes ya porque vamos a hacer historia’. Y va más allá de lo que consiga. A mí que vaya a unos Juegos Olímpicos como Dennis González vale muy bien por ti y por el equipo. Pero es mucho más que eso. Por fin va a haber un referente masculino en un deporte tradicionalmente femenino. Y eso va a implicar cambio social. Hay muchos chicos que están ahora con dudas o que no se atreven por las críticas, que no pueden conseguir hacer sus pasiones por ese tabú todavía existente en los hombres. Las mujeres ya no lo tenemos tanto en deportes masculinos. Pero los hombres sí. Entonces yo animo muchísimo a Dennis a esto y él lo tiene muy claro. Que tiene una labor social mucho más allá de que él triunfe en los Juegos Olímpicos.

Andrea Fuentes, en Sport, con la subdirectora del diario, Iulene Servent / Dani Barbeito
Tienes otra figura masculina importante en el equipo, es tu marido Víctor Cano. A nivel personal y para el equipo, ¿qué aporta?
Aporta perspectiva. Yo soy más loca de’ ahora todo a muerte’. Y él tiene perspectiva a largo plazo, lo cual me ayuda mucho. Y tiene algo también que le gusta mucho al equipo que es que él entrena gimnasia también con un método que los dos hemos construido, pero que viene mucho de él, el que sea positivo y de unión de equipo. Por ejemplo, fomentamos mucho el juego porque une al equipo y se deja mucho más la piel que si digo 30 minutos corriendo. Y también se inventa las acrobacias, la mayoría de ellas. Él tiene más conciencia aérea, que nosotras no tenemos, nosotras tenemos conciencia acuática y el movimiento acuático es muy diferente. Y claro, que él sea experto en acrobacia nos da todo. Porque nosotros no lo somos. Así que da mucha confianza a los flyers, que son Dennis y Txell Ferré.
Después de las buenas sensaciones en la Copa del Mundo y especialmente en el Mundial. ¿Cuáles son los objetivos y dónde está el techo de este equipo?
De momento no hemos ganado 11 oros, así que todavía queda si hablamos a nivel resultados. Pero yo para que no haya un techo, me centro mucho y le digo a ellos: crecimiento. Esto es infinito. Vamos a aportar cosas nuevas al deporte, vamos a innovar. A nunca cansarnos ni conformarnos con lo que ya se ha hecho, sino buscar cosas nuevas. Y siempre se puede rendir más. Entonces, un 1% mejor que ayer. Eso no tiene fin y por eso a mí no me gusta tener techos.
De resultados sí que hay techos, porque más que oro no se puede, ni más de todos los oros no se puede. Pero a nivel personal y de equipo podemos romper más barreras, podemos innovar más, podemos hacer que el deporte crezca más.