El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó en una carta enviada al rey Mohamed VI el reconocimiento de su país a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y su respaldo a la propuesta de autonomía como «única base» para zanjar el conflicto, informó este sábado la agencia oficial MAP.
«Quiero reiterar que EEUU reconoce la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y apoya la propuesta de autonomía marroquí, seria, creíble y realista, como la única base para una solución justa y duradera de este diferendo», indicó Trump en una misiva enviada al monarca con motivo de la fiesta del Trono, que conmemora el 26 aniversario de su entronización.
Además, subrayó «la sólida y duradera asociación que nos une a Marruecos» y enfatizó su trabajo conjunto «para avanzar en nuestras prioridades a favor de la paz y la seguridad en la región».
Recordó los Acuerdos de Abraham firmados en 2020 y en los que EEUU reconoció oficialmente la soberanía de Rabat sobre el Sáhara Occidental.
También elogió la labor conjunta de lucha contra el terrorismo y la ampliación que han llevado a cabo ambos Estados en el ámbito de la cooperación comercial, «que beneficia tanto a los estadounidenses como a los marroquíes».
«Espero con entusiasmo poder continuar nuestra colaboración para promover la estabilidad, la seguridad y la paz regional», concluyó Trump.
El plan de autonomía fue presentado por Marruecos en 2007 ante la ONU como una solución bajo su soberanía para el Sáhara Occidental, una excolonia española que Rabat administra en un 80% pero cuya soberanía es reivindicada por el Frente Polisario.
La propuesta marroquí ha ganado numerosos apoyos en los últimos años, entre ellos el de países como Reino Unido, Francia, Alemania, España, Bélgica e Israel, entre otros.
En el caso estadounidense, Trump respaldó oficialmente la iniciativa en 2020, durante su primer mandato, en el marco de una política exterior que buscaba estrechar sus lazos con Rabat.
Marruecos, por su parte, pagó dicho apoyo en el asunto saharaui reconociendo también el Estado de Israel.
Este acercamiento responde tanto a intereses de seguridad regional como a la posición geográfica de Marruecos, que en los últimos años se ha consolidado como un socio estratégico para Washington en el norte de África.
Un conflicto estancado
No obstante, aunque el apoyo tácito de EEUU al plan marroquí supuso una victoria para Mohamed VI y le dio más legitimidad internacional en esta cuestión, la disputa aún permanece estancada y la falta de consenso internacional sigue siendo el principal obstáculo para resolver el conflicto.
Por un lado, el proceso auspiciado por Naciones Unidas que busca un acuerdo definitivo sobre el estatus del Sáhara sigue sin avances sustantivos.
Mientras tanto, el Frente Polisario defiende el derecho de autodeterminación y una parte relevante de la población saharaui continúa viviendo en campamentos de refugiados en Argelia.
El año pasado, Mohamed VI reiteró que ve «inaplicable» el referéndum y pidió a la ONU que «asuma su responsabilidad» en este asunto.
Según el rey de Marruecos afirmó el su discurso por el 49º aniversario de la Marcha Verde que Naciones Unidas debe aclarar «la gran diferencia existente entre el mundo real y legal, que Marruecos representa en su Sáhara, y el mundo petrificado, alejado de la realidad y de sus evoluciones».
En definitiva, insistía en que debe apoyar su plan de autonomía «amén del amplio apoyo a la iniciativa de autonomía», ya que una hipotética independencia del Sáhara Occidental corresponde a «otro mundo separado de la verdad que aún vive a ilusiones del pasado».