Un hormiguero de jóvenes con mochilas llenas, móviles en mano, ojos medio abiertos y emoción contenida se amontonaba desde el jueves por la mañana ante el número 3 de la avenida del Portal de l’Àngel. La escena parecía más propia de un festival o una rave underground. Pero no: era la inauguración de la primera tienda fija de Pop Mart en España, y el furor por hacerse con las figuras exclusivas —especialmente los codiciados Labubus— ha convertido una simple apertura comercial en un fenómeno de masas.
Desde Londres y París hasta Nueva York, las tiendas de Pop Mart acumulan colas desde hace años, impulsadas por la estética kawaii de sus productos, la tirada limitada y el poderoso eco de TikTok y YouTube. En Barcelona, este 2 de agosto, la fiebre ha llegado con fuerza. Centenares de personas, muchas de ellas acampadas desde el día anterior, formaron dos colas: una para quienes obtuvieron pulseras —los conocidos como early birds— y otra, mucho más larga, para el público general, donde hasta se ofrecían 500 euros por avanzar posiciones.
Jóvenes haciendo colas en la primera tienda oficial de Pop Mart / MANU MITRU
“Dormir en la calle me gusta”
Clara Riera, de 21 años, fue la primera en entrar a la tienda. “Llevo aquí desde las 11 de ayer por la mañana”, explicaba con una sonrisa mientras esperaba aún para pagar. “He venido por la experiencia con mis amigos. Dormir en la calle es algo que me gusta, me parece divertido. Y también por llevarme productos exclusivos que solo tienen el día de la apertura”. Clara ya conocía la marca y había trabajado durante dos meses en una pop-up anterior de Pop Mart en la ciudad. “He comprado cosas de 30 euros, otras de 20, un set de 100… en total más de 200 euros. Pero la mayoría son para amigos que no pudieron venir”.
Pero no todos estaban allí por pasión. Muchos, como Roy Mann, de 15 años, llegaban con otro objetivo: hacer negocio. “He venido con un presupuesto de 700 euros y esperamos duplicarlo o más. Nosotros no venimos a coleccionar, venimos a revender. Es un mercado en auge, hay cientos de ventas diarias”, afirmaba sin rodeos mientras repasaba junto a su amigo las últimas transacciones en apps de reventa.
Achraf Gharbi, de 16, confirma la misma estrategia. “Hemos venido ocho amigos, todos con dinero para comprar. Lo vamos a revender rápido. Sabemos lo que se agota y lo que podemos colocar al doble”. Para muchos adolescentes, este tipo de eventos se ha convertido en una fórmula alternativa de ingresos rápidos aunque como Gharbi muchos deben pasar la noche al raso y «dormir con cartones».

Inaugura la primera tienda oficial de Pop Mart / MANU MITRU
“Nos ofrecieron hasta 500 euros para colarlos”
Alicia y sus tres amigas llegaron a las 4:20 h de la mañana. No tenían pulsera y se colocaron en la cola general, se encontraron revendedores que les ofrecieron hasta 500 euros para que los dejaron pasar delante de ellas, esta mañana justo antes que la tienda abriese al público a las 9.30 h. “Primero empezaron ofreciéndonos 50 euros para que les dejáramos pasar, luego 100, 200… hasta 500”, explicaba aún con incredulidad. Aunque llevan esperando horas, dicen “no sabíamos si llegaríamos a tiempo para conseguir los Labubus exclusivos»
Y es que los productos más buscados —como el Labubu blanco o el marrón— son extremadamente limitados.
“Todo esto es para mi madre”
Para Jordi Novell, de 27 años, el esfuerzo tuvo otro sentido. “Mi pareja llegó a las 2 del mediodía y yo a las 5. Nos turnamos casi 48 horas”, explicaba mostrando una gran bolsa llena de figuras. “Todo esto es para mi madre. Le hace mucha ilusión. Yo ya tenía el rey y la reina, pero el marrón y el blanco eran muy difíciles de conseguir. Había que sacrificarse y ahora tenemos toda la colección”.
“Una madre es lo más importante del mundo, lo que sea por ella”, remató emocionado. A su lado, su madre —presente también desde la una de la madrugada— asintió en silencio, sentada sobre una silla de camping frente a la tienda.

Roy Mann de 15 años explica que viene a la tienda oficial de Pop Mart para revender los labubus / MANU MITRU
«Es una bomba de marketing»
La influencer y gestora de redes de Operación Triunfo, Belén Pueyo, no se quiso perder la inauguración. “Es una bomba de marketing. Productos de edición limitada, estética adorable y exclusividad. Se genera deseo, urgencia, y eso dispara el interés”, analizó. “En Londres hay tiendas por todas partes. En Barcelona no teníamos nada parecido. Y que esta sea la primera tienda fija en España lo hace aún más especial”.
Iván Gálvez, conocido como El viaje de Iván. “Soy fan desde hace año y medio. Fui a Nueva York y París buscando Labubus, y ni ahí los encontré. Aquí me he comprado la edición de Mickey, una de Barbie, la de los Teletubbies... todas agotadísimas en otros sitios”, contaba emocionado.

La tienda de Pop Mart llena a primera hora de la mañana de este 2 de agosto / MANU MITRU
¿Qué son los Labubus y por qué causan tanto furor?
Labubu es la mascota más famosa de Pop Mart, surgida de la serie The Monsters del artista hongkonés Kasing Lung, inspirado en la mitología nórdica. Su éxito explotó cuando Lisa, cantante de Blackpink, los empezó a mostrar en redes colgados de su bolso como si fueran un accesorio de lujo. Desde entonces, el fenómeno ha crecido sin freno: según datos de la compañía, solo en el primer semestre de 2024, las ventas han aumentado un 292,2%.
Aunque parezca una moda pasajera, muchos jóvenes y coleccionistas adultos llevan años detrás de estas piezas. Las blind boxes —cajas sorpresa con figuras que pueden ser comunes o rarísimas— se han convertido en un formato que engancha por igual a fans, especuladores y apasionados del diseño de autor.
Barcelona estrena tienda y confirma su papel como epicentro cultural y comercial de las tendencias emergentes. Y aunque hoy muchos han dormido en cartones y han sudado en la calle por conseguir una figura de vinilo, nadie lo vivía como un sacrificio. Más bien como parte del juego.