Giro de 180 grados en el caso de la denuncia por agresión sexual de una joven en pleno centro de Ferrol. De una investigación por violación que con el paso de las horas se descartó que fuera grupal, se pasó a centrar las pesquisas en el entorno de la víctima y del hasta el momento único detenido por estos hechos y, finalmente, reconocer la propia denunciante que todo había sido fruto de una invención. Como resultado de la investigación policial, en manos de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer de la Policía Nacional —especializada en la prevención e investigación de delitos relacionados con la violencia de género, doméstica y sexual—, los agentes detectaron una serie de incongruencias por lo que se decidió volver a tomar declaración a la joven, asistida en todo momento por un letrado. Finalmente, la chica reconoció una invención y, por tanto, que no hubo tal agresión sexual.
La joven había denunciado el miércoles por la mañana que la noche anterior había sido acorralada por un grupo de hombres y que, además, recibió una paliza, por lo que fue atendida en el Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol. Tras recibir la atención médica, le dieron el alta y la chica acudió a comisaría a formalizar la denuncia.
Al poco tiempo de iniciarse la investigación policial, se produjo la primera y única detención, la del joven a la que la víctima señalaba como cabecilla de la agresión.
La investigación apuntaba desde un primer momento a que no se trataba de una agresión grupal, aunque se seguía recabando información para tratar de esclarecer el ataque denunciado por la joven en una de las plazas más céntricas de la ciudad departamental y determinar el papel de los chicos que, según había comentado la chica, habían huido del lugar. La víctima, de 18 años, aseguraba que estaba de regreso a casa cuando de camino se encontró con varios jóvenes que la acorralaron. Ante los gritos por la situación en la que se encontraba, relataba, varios de ellos huyeron a la carrera mientras otro se quedó y, denunció, la agredió sexualmente. Las primeras pesquisas apuntaban ya a que víctima y agresor se conocían.