Cada año, miles de empleados en España se ven obligados a trabajar durante los días festivos, jornadas tradicionalmente destinadas al descanso o la vida familiar. Sin embargo, muchas empresas están pasando por alto la normativa laboral que protege a estos trabajadores, ignorando las compensaciones obligatorias estipuladas por el Estatuto de los Trabajadores.
El Ministerio de Trabajo ha reiterado que trabajar en festivo debe ser la excepción, no la norma, y que solo puede imponerse en tres escenarios:
- Si está justificado por razones organizativas,
- Si lo establece el contrato individual, o
- Si se recoge en el convenio colectivo.
- En ningún caso puede la empresa imponerlo de manera unilateral.
Qué dice la ley sobre los festivos trabajados
El artículo 37.2 del Estatuto de los Trabajadores establece que hay 14 días festivos al año, de los cuales 11 son nacionales, 1 autonómico y 2 locales. Estas fechas tienen carácter retribuido y no recuperable. Es decir, si un trabajador presta servicio en una de estas jornadas, debe recibir una compensación obligatoria, ya sea en forma de descanso equivalente o de un plus económico.
Además, muchos convenios sectoriales (como los de hostelería, sanidad, comercio, transporte o emergencias) optan por fórmulas mixtas que combinan ambas compensaciones.
Lo que puedes hacer si trabajas un festivo sin compensación
Si has trabajado un festivo y no te han pagado ni te han dado un descanso equivalente, tienes dos vías principales de reclamación:
- Presentar una denuncia ante la Inspección de Trabajo, que puede imponer multas a la empresa por infracción grave, desde 751 hasta 7.500 euros, según la gravedad y reincidencia.
- Reclamar judicialmente el pago del día festivo no compensado o exigir el descanso no otorgado. Si el juez te da la razón, la empresa estará obligada a corregir la situación y podría enfrentarse a mayores sanciones.
Cuidado: también hay obligaciones para el trabajador
Si el contrato o el convenio establece de forma clara que el empleado debe trabajar ciertos festivos, negarse a hacerlo podría ser interpretado como un incumplimiento laboral. Por eso, es importante revisar bien el contrato y el convenio aplicable antes de tomar decisiones.