las imágenes del hambre en Gaza llevan a Canadá, Francia y Reino Unido a reconocer a Palestina

Después de 60.000 muertos, dos millones de desplazados y “el peor escenario posible de hambruna”, en palabras de los expertos de Naciones Unidas, tres de los países occidentales con mayor peso en las organizaciones multilaterales anunciaron su intención de reconocer el Estado palestino como llave para desbloquear el fin de la brutal ofensiva israelí en Gaza.

Los líderes de Francia, Reino Unido y Canadá no darán el paso hasta el próximo mes de septiembre. Esperarán a la 80.ª sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York para seguir la senda que estrenaron Irlanda, Noruega y España, los tres primeros países occidentales que oficializaron el reconocimiento del Estado palestino en el marco de la guerra como método de presión diplomática sobre Israel.

Francia, Reino Unido y Canadá irán de la mano, pero cada uno con sus matices. El primer ministro británico, Keir Starmer, avanzó este martes que su Gobierno reconocería a Palestina como Estado a menos que Israel tome “medidas sustanciales para poner fin a la horrible situación en Gaza, acordar un alto el fuego y comprometerse con una paz sostenible a largo plazo, reavivando la posibilidad de una solución de dos Estados”. Condiciones inasumibles para el Gobierno de Benjamin Netanyahu.

La pasada semana, fue el presidente francés Emmanuel Macron quien prometió reconocer el Estado palestino, sin exigir contrapartidas. Su ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, que advirtió este jueves que la solución de dos Estados “está en riesgo de muerte”, se encargó ayer de formalizar el compromiso de París desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.

El premier canadiense Mark Carney, el tercero en discordia, se sumó este miércoles a Starmer y Macron, pero supeditó el reconocimiento de Ottawa a la implementación de dos reformas en el seno de la Autoridad Nacional Palestina de Mahmud Abás: celebrar elecciones tan pronto como en 2026, sin la participación de Hamás, obligado a disolverse, y aceptar la desmilitarización.

Golpe de efecto diplomático

Si llega a materializarse, el reconocimiento del Estado palestino por parte de Francia, Reino Unido y Canadá alteraría el equilibrio diplomático. Son tres miembros del G7. Dos con asiento reservado en el Consejo de Seguridad de la ONU. Por eso, el movimiento coordinado de los Macron, Starmer y Carney trae viento de cola para que se sumen otros países occidentales como Australia o Nueva Zelanda.

Es probable que Portugal sea el siguiente. Su primer ministro, el conservador Luís Montenegro, anunció ayer que había puesto en marcha una serie de consultas con el presidente y los partidos políticos con representación parlamentaria para reconocer el Estado palestino también en septiembre.

Italia duda. La primera ministra Giorgia Meloni, favorable a la solución de dos Estados, considera que dar el paso en este preciso momento puede ser contraproducente. ¿Por qué? “Porque si se reconoce sobre el papel algo que no existe, se corre el riesgo de que el problema parezca resuelto, cuando no lo está”, respondió a La Repubblica.

Alemania no contempla reconocer el Estado palestino en el corto plazo, es cierto, pero no descarta cambiar su postura si Israel sigue boicoteando la solución de dos Estados.

Antes de aterrizar este jueves en Israel, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Johann Wadephul, declaró que este paso debería llegar al término de un eventual proceso de paz, aunque dejó claro al mismo tiempo que su Gobierno no se quedará de brazos cruzados ante las “amenazas de anexión” del territorio palestino que, casi a diario, verbalizan varios miembros del Gobierno de Netanyahu.

“Una solución negociada de dos Estados sigue siendo el único camino que puede ofrecer a las personas de ambos lados una vida en paz, seguridad y dignidad”, sentenció el jefe de la diplomacia alemana, que llegó ayer a Tel Aviv para recopilar información sobre la hambruna que sufre la población gazatí. “Israel corre el riesgo de quedar aislado”, avisó.

Es casi imperceptible, pero el cambio de postura de Alemania es una realidad. El pasado mes de febrero, no hace tanto, el canciller Friedrich Merz se comprometió a encontrar una fórmula para que Netanyahu pudiera visitar su país sin temer la orden de detención de la Corte Penal Internacional (CPI) que pesa sobre su cabeza por la presunta comisión crímenes de guerra y de lesa humanidad en Gaza.

Ahora, Merz parece haber tenido en cuenta las encuestas. Una reciente reflejaba que el 63% de los alemanes considera que la campaña militar israelí en Gaza ha ido “demasiado lejos”.

Hasta la fecha, 147 de los 193 países que forman parte de Naciones Unidas reconocen el Estado palestino. En la lista figuran China y Rusia, miembros del Consejo de Seguridad. Desde 2012, Palestina es “miembro no observador”. Es decir, Palestina puede participar en la mayoría de los procedimientos, pero no puede intervenir en las votaciones de la Asamblea General ni presentar candidaturas a los organismos.

Irredentismo

Netanyahu nunca aceptó la solución de dos Estados. La pasada semana, sin ir más lejos, la Knéset aprobó una moción no vinculante que instaba a su Gobierno a anexionar Judea y Samaria, denominación israelí de la Cisjordania ocupada, con la máxima de “eliminar de la agenda cualquier proyecto de Estado palestino”.

“Establecer un Estado palestino hoy es establecer un Estado de Hamás, un Estado yihadista. Eso no va a pasar”, declaró el ministro israelí de Exteriores, Gideon Sa’ar, tras el anuncio en cadena de Francia, Reino Unido y Canadá. “Seamos claros: los palestinos no buscan crear un Estado junto a Israel, sino en lugar de Israel”, insistió por su parte Netanyahu, que interpreta el hecho de reconocer en este momento el Estado palestino como “un regalo a los terroristas”.

No todos lo interpretan de esta forma. “Este es el momento adecuado para dar ese paso. Primero, el reconocimiento es una declaración inequívoca para Washington, israelíes, palestinos y todo Oriente Medio de que Reino Unido ve la creación de un Estado palestino junto a Israel como la única solución que garantizará el futuro de ambos pueblos”, argumenta Bronwen Maddox, directora de Chatham House

“Esto no recompensaría a Hamás por sus ataques del 7 de octubre de 2023 y por mantener a rehenes, como afirma Israel. Una solución de dos Estados es un resultado indeseable para Hamás, que ha rechazado —de forma abierta y violenta— procesos de paz anteriores. Si los palestinos comunes ven un camino pacífico hacia la autodeterminación y la creación de un Estado, Hamás se debilita y el campo moderado se fortalece”, subraya.

¿Cómo ha sentado el impulso diplomático en los territorios palestinos? “Algunos lo ven como un paso positivo”, traslada a este periódico la activista palestina Mira Amarneh, natural de Jenin. “Sin embargo, una gran parte cree que este reconocimiento no cambiará nada. Hemos estado bajo ocupación por más de 70 años y, a pesar de haber participado en negociaciones, acuerdos de paz, diplomacia y esfuerzos internacionales, la realidad sigue siendo la misma. Gaza está enfrentando un genocidio, y Cisjordania continúa sufriendo bajo la ocupación israelí, con violaciones y abusos diarios”.

Trump cierra filas con Israel a pesar de MAGA

Mientras, Estados Unidos rema en la dirección contraria. Tanto, que Trump amenazó a Ottawa después del anuncio de Carney. “¡Vaya! Canadá acaba de anunciar que respalda la creación de un Estado palestino. Eso nos dificultará mucho llegar a un acuerdo comercial con ellos. ¡Ay, Canadá!”, escribió en su plataforma Truth Social.

En paralelo, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, expresó en rueda de prensa que el reconocimiento del Estado palestino es “una bofetada en la cara” de las víctimas del 7 de octubre.

Washington, además, sancionó este jueves a varios funcionarios de la ANP de Abu Mazen y a varios miembros de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). ¿El motivo? “No cumplir sus compromisos y socavar las perspectivas de paz”, según recoge el comunicado oficial, que les acusa de tomar acciones para internacionalizar su conflicto con Israel y apoyar el terrorismo. Las sanciones impiden a los afectados —cuyas identidades no trascendieron— recibir visados para viajar al país.

Sin embargo, los líderes del movimiento MAGA, como sucedió con la intervención de la guerra de los doce días entre Israel e Irán, toman distancias con la postura de la Administración Trump.

“Parece que entre la base MAGA menor de 30 años, Israel casi no tiene apoyo, y el intento de Netanyahu de salvarse políticamente arrastrando a Estados Unidos más profundo en otra guerra en Oriente Medio ha alejado a gran parte de los veteranos MAGA”, declaró el ideólogo de extrema derecha Steve Bannon en su podcast, War Room.

La congresista republicana Marjorie Taylor Greene sorprendió ayer a propios y extraños al calificar de “genocidio” la ofensiva israelí en Gaza. “Es lo más sincero y fácil de decir: que el 7 de octubre en Israel fue horrible y que todos los rehenes deben ser liberados, pero también lo es el genocidio, la crisis humanitaria y el hambre que ocurren en Gaza”, escribió en la red social X.

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