«Estamos viviendo en directo historia», decía el público que subía ayer las escaleras del Carlos Tartiere en busca de un sueño. Nadie se quiso perder más de cinco horas de fiesta para conmemorar el centenario del Oviedo, un club que ha pasado por el cielo y el infierno y ahora, después de veinticuatro años de barro, regresa al sitio de donde nunca debió salir, la Primera. La cita estuvo llena de guiños al pasado. El municipal azul recibió al Génova –que ganó el triangular–, equipo que eliminó a los azules la única vez que jugaron la UEFA, allá por 1991. Sin embargo, siempre existió buena relación entre ambas aficiones y el conjunto carbayón quiso tener un detalle con los italianos.
También pisó el césped un equipo en el que Cazorla se dio a conocer y que será el primer rival de los azules en su estreno en Primera División después de casi un cuarto de siglo: el Villarreal. La ocasión merecía la presencia de leyendas del fútbol español y allí estaban el madridista Butragueño y el barcelonista Xavi Hernández, por ejemplo, para rendirse al Mago. Fútbol, humor, mucha música y miles de corazones azules latiendo al unísono y haciendo historia con la historia. La velada fue redonda y mágica y congregó a más de quince mil espectadores –a los que les costó acceder al recinto debido a las grandes colas que se formaron en los tornos–. Ahora, que en Primera no pare la fiesta.
Los momentos más emocionantes: Cazorla, protagonista
El centenario del Oviedo estuvo cargado de sorpresas, momentos emotivos y mucha, mucha lágrima. Carlos Tartiere, expresidente del Oviedo fallecido en 1950 y que da nombre al feudo carbayón, fue homenajeado anoche ante miles de oviedistas. Su familia recibió el cariño de todos los presentes y un obsequio por parte del Real Oviedo: la nueva camiseta del conjunto azul con su nombre, dentro de un marco.
«¡Nos encanta que el Oviedo este en Primera!», gritaron antes de que se apagasen las luces y comenzase uno de los momentos más emotivos de la noche. De mitos a mito. Marcos Senna, excentrocampista del Villarreal y de la selección española; Xavi Hernández, leyenda del fútbol español y campeón del mundo, y Emilio Butragueño, entraron al césped para recibir a un hombre que ya es historia del conjunto carbayón.
Santi Cazorla, a sus 41 años, fue homenajeado por todo lo alto, como se merece. EL Mago fue recibido por colegas y familiares, y fue obsequiado con una camiseta idéntica a la que instantes antes había recibido la familia Tartiere.
«No sé si estoy preparado para todo esto, lo único que sé es que estoy muy feliz», dijo el llanerense, que no pudo contener la emoción, y que ya es historia viva de un club que le debe mucho.
Y llegó la música… con el ansiado himno del centenario
Tras ese momento, Melendi, gran amigo del «8» del Oviedo, pisó el campo para entonar el ya tradicional «Volveremos» y el nuevo himno del centenario, lo que enardeció a los seguidores carbayones que corearon el estribillo en pie. El maratón festivo no acabó ni con sus fuerzas, ni con el entusiasmo. Un momento que pasará a los anales del club y de la ciudad.
No había mejor forma de celebrar cien años que en Primera y con un espectáculo de altura rematado con fuegos artificiales y drones. Fue la fiesta del siglo, y que la alegría dure otro siglo más.
Fueron muchas las horas que se pasó en el Carlos Tartiere la afición azul. Muchas horas en las que hubo tiempo para todo: para ver fútbol, para emocionarse y también para vibrar con música en directo. Hubo hasta cuatro actuaciones en el feudo carbayón, aunque la más emocionante fue la de Melendi. Muchos aficionados esperaban con ansias el momento de escuchar en directo la nueva canción por el centenario, pero antes el ovetense cantó por primera vez el «Volveremos» tras el ascenso a Primera.
Después, con todo el Tartiere entregado, llegó el turno del nuevo himno, que tuvo una gran acogida entre la afición carbayona. «En ningún sitio me he emocionado tanto como aquí, y he cantado en muchos lugares. ¡Hala Oviedo!», expresó el cantante.
Con Melendi sobre el círculo central del terreno de juego se elevaron los decibelios del Tartiere y la afición disfrutaba del espectáculo de fuegos artificiales que teñían el cielo de color. Pero, antes, también disfrutaron de otras actuaciones, empezando por la de Geri Fernández, quien compartió hace meses una melodía a través de sus redes sociales y que ayer pudo estar en el Tartiere. Después hicieron disfrutar al público Javi Robles, con su ya tradicional «Vamos Real Oviedo» y «La Fuga», que interpretó varias canciones, destacando por encima de todas «Gigante», que puso en pie a numerosos aficionados.
Historia con humor
Ya sin fútbol, también hubo espacio y tiempo para el humor, con protagonismo especial para el cómico Joaquín Pajarón y el periodista Miguel Fernandi. Ambos saltaron al césped del Tartiere con la primera equipación carbayona y rememoraron varios goles míticos del Oviedo sobre el césped del Tartiere con la compañía de los propios futbolistas.
El primero en salir fue Marianín, mítico delantero que disputó 134 encuentros con la camiseta carbayona y que fue pichichi de los azules en Primera División. El ariete le lanzó dos penaltis a Pajarón, puesto que en el primero no estuvo acertado y lo envió fuera. Lo mismo ocurrió con la segunda tanda de jugadores que saltaron al césped. En este caso fueron Viti, Bango, Paco Fernández y Carlos Muñoz. Las leyendas azules salieron para recrear uno de los tantos del anterior ascenso a Primera y, de nuevo, el gol llegó a la segunda.
Para la etapa del barro los encargados en salir fueron Jandro, Kily y Aldeondo. Esta vez el tanto sí salió a la primera y el Tartiere se animó, incluso más que durante los partidos amistosos. Uno de los momentos más emotivos ocurrió justo después, puesto que Borja Valle y Diego Cervero recrearon el tanto ante el Cádiz en el Tartiere. Esta vez no fue ni a la primera ni a la segunda… ¡fue a la cuarta! y el ariete incluso se atrevió con una chilena. Ambos fueron ovacionados y Borja Valle se retiró visiblemente emocionado del terreno de juego.
En definitiva, un evento que fue mucho más que fútbol y que terminó como empezó: con todo un estadio, una afición y una ciudad volcada con su equipo que, 24 años después, puede gritar bien alto que es de Primera División.
Las impresiones de quienes lo vivieron en directo: «Nos merecíamos todo esto»
Más de un mes después, los aficionados del Oviedo regresaban al Tartiere. Esta vez, los aledaños del feudo azul presentaban un ambiente muy distinto a lo vivido la última vez. No había nervios ni tensión, pero sí una ilusión tremenda por todo lo conseguido y lo que está por venir. «Se echaba mucho de menos el fútbol en el Tartiere. Este año hay más ganas tras todo lo vivido», reconocía Javi Martínez, un hincha azul.
El motivo está claro: un ascenso que permite al Oviedo regresar a Primera en el año de su centenario. Mejor, imposible. «Si lo llegas a soñar no sale», explicaba Javier Gómez, que volvía al Tartiere con toda su familia para disfrutar del evento. Por delante, muchas horas de fútbol, pero también de fiesta, porque había mucho que celebrar. «Esto es algo que merecíamos todos los aficionados, el volver a disfrutar del Tartiere en la élite», argumentaba Pablo Díaz. Entre todos los presentes, un denominador común: esto solo es el principio. «Llevamos mucho tiempo comiendo campos de barro y ahora tenemos que ir acostumbrándonos a ver a equipos de Primera», reconocía Kike Montes, siguiendo una línea muy similar a lo que comentaba Ángela Fernández. «Es un sueño hecho realidad. Este año van a venir equipos muy grandes aquí y nos los vamos a comer».
Además de fútbol, la afición azul también tenía ganas de conocer de primera mano las nuevas equipaciones. «Tengo ilusión por ver las camisetas, una me compro seguro», comentaba Ángela. También, como no podía ser de otra manera, con el nuevo himno de Melendi, uno de los momentos más emotivos de toda la tarde-noche. «Mi familia y yo lo ponemos todos los días en el coche, ya era hora de escucharla en directo», comentaba Pablo Díaz.
Los más optimistas, incluso confiaban en una sorpresa de última hora. «Si hubiera alguna presentación sorpresa sería fenomenal», decía Martínez y otros muchos oviedistas, que confían en que el serbio Luka Jovic acabe aceptando la propuesta azul para jugar cada domingo en el Tartiere.
Entre las emociones presentes en el Tartiere también destacaba la nostalgia. La de volver a ver los colores del Génova y de regresar, aunque sea por un momento, a esa disputa de la UEFA que no podrán olvidar los oviedistas más «vintage».
«El objetivo tiene que ser mantenerse en Primera»
Algunos, incluso, se quitaron un peso de encima con el regreso de los italianos. «Me hace mucha ilusión reencontrarme con el Génova. No pude ir a ver aquel partido al Tartiere porque estuve ingresado y es una cosa que se me quedó grabada. Hoy me quitaré esa espina», confesaba Hugo García.
Un sentimiento de cariño mutuo, puesto que muchos aficionados italianos viajaron hasta el Principado para regresar al Tartiere. Más de un centenar se congregaron en la grada visitante. Uno de ellos, Giampiero Bavestrello, que estuvo presente hace 34 años en el antiguo estadio y que aún guarda un bonito recuerdo de la capital asturiana. «Es una ciudad bellísima. El equipo es fantástico y le tenemos un gran amor», aseguró. Ayer volvió junto a muchos familiares para disfrutar del fútbol de Oviedo y de su equipo, que ganó el triangular.
A falta de apenas un par de semanas para el inicio de curso, la afición también aprovechó para valorar el estado de la actual plantilla. «Se está apostando por hacer un buen equipo y esperemos que resulte para permanecer. A ver qué tal funcionan como equipo», aseguraba Javier Gómez. Por su parte, Hugo García, también conforme con la confección de la plantilla, marcaba el objetivo de los azules para este curso: «Sinceramente, nos conformamos con estar en Primera la próxima temporada».
Nuevo récord de abonados. Por tercera campaña consecutiva, el conjunto azul ha conseguido un nuevo récord de abonados. En plena celebración, instantes después de que Melendi cantase el «Volveremos», el Oviedo anunciaba a través de los videomarcadores que había alcanzado los 25.721 abonados, un registro histórico que supera con creces el obtenido la temporada anterior, en la que cerró con más de 25.172 socios. Con mucho menos tiempo por delante -y sin que aún se haya abierto el plazo para nuevas altas-, el Oviedo se ha vuelto a superar. Muchos de los aficionados que han adquirido ya el bono oviedista se quedarán sin su carnet, en una campaña que vuelve a batir todos los registros, esta vez con el equipo en la élite muchos años después.