Ni el calor de agosto ni el olor a salitre del Atlántico calman las intenciones de Alberto Núñez Feijóo. El líder del Partido Popular no va a permitir que Pedro Sánchez disfrute de una tregua política durante sus vacaciones en la residencia de La Mareta, en Lanzarote. Esta misma mañana, a las 11:30, en la sede nacional del PP, Feijóo pondrá voz al balance político del curso y lo hará con un objetivo claro: agitar las aguas alrededor del presidente del Gobierno en pleno verano.
“Feijóo no quiere que Pedro Sánchez disfrute de una tregua ni siquiera en agosto y pretende amargarle esas vistas al mar desde su residencia canaria”, explica la periodista de COPE Maribel Sánchez. Lo hará, afirma, “metiendo el dedo en la llaga que le supura al presidente del Gobierno con Santos Cerdán en la cárcel desde hace un mes y un fiscal general a punto de sentarse en el banquillo”.
El mensaje del PP se apoyará en dos frentes: la situación judicial del secretario de Organización del PSOE y las sombras que se ciernen sobre el fiscal general del Estado. Feijóo quiere que Sánchez reflexione, aunque sea desde la distancia, sobre lo que ha preferido no mencionar en su balance: ni una sola palabra sobre el caso Cerdán, ni un gesto hacia la DANA que arrasó varias comunidades hace nueve meses y que no llegó a merecer la declaración de emergencia nacional por parte del Ejecutivo.
Un verano con el PSOE en la diana
Mientras en Ferraz acusan al PP de “extender la idea de que España va mal con el único objetivo de derrotar a Pedro Sánchez”, Feijóo prepara una intervención que pretende reforzar la idea de un Gobierno incapaz de reaccionar ante los problemas reales del país. En Génova, creen que la erosión es lenta pero constante: “Nada de eso ha tambaleado la decisión de Pedro Sánchez de mantenerse en la Moncloa”, comenta Sánchez, pero en el PP están convencidos de que “acaba minando la confianza de los propios socialistas”.
Los sondeos recientes parecen alimentar esa estrategia. El batacazo electoral que pronostican algunas encuestas refuerza la idea de que la imagen del Gobierno está deteriorada, y Feijóo no quiere dejar pasar la oportunidad de remarcarlo justo cuando el país entra en modo estival. A la sombra de casos judiciales, se suma una agenda política sin resolver: los presupuestos, la crisis migratoria, la vivienda o el caos ferroviario siguen pendientes de solución y podrían condicionar el arranque del curso en septiembre.
Y por si fuera poco, también ha saltado la polémica con el comisionado designado para atender las consecuencias de la DANA, cuya trayectoria académica está bajo sospecha. “Nombró a un comisionado que está en la cuerda floja por su posible currículum falso”, recuerda la periodista.
Con este arsenal, Feijóo busca cerrar filas en torno a su electorado y presionar al Gobierno justo cuando parece más vulnerable. Agosto ya no es lo que era.