El masivo terremoto que ha tenido lugar este martes en Kamchatka (Rusia), de magnitud 8,8, ha puesto en alerta las costas de Japón por riesgo de tsunami. Aunque dada la gran extensión del territorio, la tensión con la que se ha vivido esta noticia entre los residentes y visitantes de las islas ha sido muy desigual.
Antonio Gilabert es un ciudadano español que está de viaje con su familia por las islas niponas, y los hechos le sorprendieron de visita en Osaka, a más de 2.500 kilómetros de distancia en línea recta del epicentro sísmico.
«Mi esposa dijo este martes por la noche que notó un temblor en el suelo«, explica este turista a EL ESPAÑOL. «Este miércoles, quizá porque todo el mundo está hablando de ello, tenemos la sensación de que huele más a mar y hay más humedad».
Pese a ello, asegura que la vida en Osaka transcurre de una forma «totalmente normal»: «Este miércoles por la mañana hemos estado en el castillo de la ciudad, en el observatorio… Y la gente caminaba muy tranquila por las calles, haciendo vida normal».
Antonio Gilabert, durante su viaje en Japón.
«Hemos preguntado a la agencia de viajes por la situación, pero nos han dicho que no había ningún riesgo de retrasos en las excursiones o en los transportes que teníamos que coger. Incluso hemos ido a comprar algo por si acaso, pero en los supermercados no había nadie«.
Pregunta.– ¿Han recibido algún aviso de emergencias?
Respuesta.– En Osaka, en el mapa de riesgo de tsunami, hemos estado en el límite entre el color amarillo y rojo, pero no ha habido absolutamente ninguna señalización ni ningún mensaje de alerta, ni de urgencia, comportamiento…
Por todos los mensajes que hemos recibido desde España, parece que esta situación se está viendo de una forma más alarmante desde fuera. Pero nosotros no. Es cierto que la tele aquí ha estado informando del tema centrándose en la parte norte de la costa.
Además, mañana se celebra la Exposición Universal en Osaka, y Antonio y su familia aseguran que, dadas las circunstancias, tienen previsto asistir: «No nos han informado sobre ningún cierre de las atracciones, ni nada similar».
Pese a la aparente tranquilidad que relata este turista español, el terremoto ha supuesto un gran despliegue de alertas por tsunami en casi todo el Pacífico norte.
De hecho, a la influencer Lucía Salvatierra, que se encontraba navegando como pasajera en un crucero alrededor de Japón, ha publicado un vídeo en sus redes sociales relatando cómo el buque se ha puesto en alerta por tsunami.
«Cuando nos ha llegado la notificación, me ha despertado y mi madre y yo hemos bajado a preguntar a la recepción. Por lo visto, esperamos surfear la ola con el crucero«.
«He estado muy nerviosa, pero el resto de la gente estaba muy tranquila. Y si todo va bien, se supone que podremos bajar en Yokohama cuando lleguemos al puerto», ha culminado la creadora de contenido.
Temor en Hawái
Aunque las alertas han llegado mucho más allá de las fronteras niponas. En Honolulu, la capital de Hawái, reside Laura Hostetler, una alicantina casada con un marine norteamericano. Este territorio insular se encuentra a 5.000 kilómetros de distancia del epicentro del terremoto.
Aun así, según ha explicado esta mujer a EL ESPAÑOL para el pódcast En la Sabana, se han vivido momentos de gran tensión entre los habitantes: «Yo estaba en un centro comercial, y volví a casa para recoger mi documentación. Cogí también latas de ravioli y sopa, un montón de bebidas energéticas, y me fui».
Su destino, la base militar de Kaneohe, en la que trabaja su marido, a unos 45 minutos en coche desde su casa en Waikiki que finalmente se convirtieron en dos horas y media de lento trayecto por culpa de los atascos.
Este miércoles por la tarde, aunque la alarma había cesado, la tensión permanecía. «Una amiga me mandó fotos desde la costa norte donde no había mar, solo barcos sobre la arena«.
Preocupación
El diario japonés The Japan Times informaba este miércoles de la posibilidad de que en los próximos días se produzcan tsunamis de más de 3 metros de altura en algunos lugares.
Aunque hasta el momento, las olas más grandes que tocaron tierra alcanzaron los 1,3 metros, causando una muerte, sin otros daños importantes. En otros lugares, la situación era prácticamente la misma, con olas inicialmente más débiles de lo que se temía.
Así se vivió el terremoto de magnitud 8,8 en el interior de las casas de la costa de Kamchatka en Rusia
👉 El terremoto registrado en la madrugada del martes al miércoles en la península de Kamchatka en Rusia ha sido el más fuerte desde 1952 pic.twitter.com/KyCgX6IUmg
— EL ESPAÑOL (@elespanolcom) July 30, 2025
Aunque según recoge el citado periódico, las autoridades japonesas han advertido a los ciudadanos que permanezcan preparados, ya que los tsunamis pueden ser impredecibles y las olas pueden alcanzar su punto máximo mucho después de que las primeras lleguen a la costa.
El país nipón se levanta justo sobre el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona con una altísimo actividad sísmica, lo que implica que las posibilidades de que esta zona sufra terremotos y tsunamis son mucho más elevadas que en otros lugares. Kamchatka también se encuentra en esta zona.
De hecho, el Servicio Geológico de Terremotos de los Estados Unidos (USGS) detalla que «alrededor del 90 % de los terremotos del mundo ocurren en el cinturón de fuego«.
El volcán Kliuchevskoi, en una imagen de recurso.
Y es que este lugar se extiende a lo largo de 40.000 kilómetros, y concentra más del 75 % de los volcanes activos e inactivos del mundo. Curiosamente, el terremoto de este martes ha provocado que el volcán Kliuchevskoi, en Kamchatka, entre en erupción solo unas horas después del seísmo.