El campo valenciano ha vuelto a alzar la voz. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) lidera la oposición al proyecto impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) para instalar una planta solar en el término municipal de Llaurí. El plan, vinculado al suministro energético de la estación de bombeo Panser dentro de la conducción Xúquer-Vinalopó, contempla ocupar cerca de 650 hanegadas de suelos agrícolas de regadío consolidado, lo que ha generado un profundo malestar entre los agricultores y vecinos de la zona.
La organización agraria denuncia que la ubicación elegida “pone en jaque el futuro agrícola de Llaurí” y critica que el proyecto se haya planteado sin un diálogo real con el territorio. Según alerta AVA-ASAJA, decenas de familias podrían perder su medio de vida, su patrimonio y su historia, ya que las parcelas afectadas albergan cultivos de cítricos, caquis y aguacates con alta rentabilidad, pozos de riego legalizados y viviendas tradicionales habitadas desde hace generaciones.
Este miércoles, representantes de AVA-ASAJA mantuvieron una reunión con un amplio grupo de agricultores en Llaurí para informarles de los detalles del proyecto y coordinar acciones conjuntas. Durante el encuentro, se remarcó que el plazo para presentar alegaciones finaliza el 12 de agosto, y se animó a los afectados a utilizar todos los instrumentos legales disponibles.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, reclamó una revisión inmediata del planteamiento actual. “Exigimos al Ministerio que reconsidere este proyecto, porque existen alternativas viables que no arrasan con tierras fértiles. Aquí no hablamos de un simple terreno baldío: hablamos de vidas, de familias y de un tejido agrícola que ha resistido durante generaciones”, expresó.
Aguado quiso dejar claro que el sector no se opone a las energías renovables, sino a la forma en que se están implantando: “Apoyamos el uso de energías limpias, pero no a costa de arrasar campos de alto valor productivo. Este tipo de decisiones deben hacerse escuchando a los agricultores y priorizando zonas menos aptas para el cultivo”.
AVA-ASAJA ha activado a su equipo técnico del departamento de Aguas, Proyectos y Expropiaciones para ofrecer asesoramiento personalizado a los afectados, tanto en la redacción de alegaciones como en la defensa de sus derechos frente a un modelo de transición energética que, según critican, “se está haciendo de espaldas al territorio”.
Desde la asociación insisten en que no buscan paralizar el desarrollo de las renovables, sino su reubicación en enclaves que no hipotequen el futuro agrario de municipios como Llaurí, con una rica tradición agrícola y una economía que depende en gran medida de la tierra.
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