Gaza exige una respuesta inmediata del mundo.
Lo que ocurre en Gaza no es un conflicto, es una masacre. Día tras día, miles de víctimas civiles, niños, familias enteras, son reducidas a cifras. La impasibilidad de los gobiernos y la debilidad de las instituciones internacionales refuerzan la desesperanza y la injusticia.
No hay causa que justifique el exterminio de un pueblo. La Franja de Gaza se ha convertido en un lugar sin refugio, sin agua, sin luz, sin salida. ¿Cómo puede el mundo mirar hacia otro lado?
La respuesta debe ser inmediata y firme. Y desde la ciudadanía debemos alzar la voz frente a este horror. En Elche, un colectivo comprometido con la paz realiza cada fin de mes una concentración pública en la Plaça de Baix, reclamando el fin de todas las guerras y una paz justa para Palestina y Ucrania. Desde aquí, muestro todo mi apoyo a esa acción pacífica y necesaria, que une conciencia, cultura y esperanza.
Como dijo Mahatma Gandhi: «Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena».
Hoy no podemos callar. Hoy debemos gritar con fuerza: ¡Basta ya!
Porque Gaza no puede esperar. Porque el pueblo palestino no puede resistir más tiempo solo. Porque sin justicia, no hay paz posible.
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