Amper cerró el primer semestre de 2025 con un beneficio neto de 4,3 millones de euros, frente a las pérdidas de 3,8 millones registradas en el mismo periodo del año anterior. La compañía continúa así con su senda de mejora operativa y rentabilidad, en línea con los objetivos de su Plan Estratégico 2023-2026.
Las ventas del grupo ascendieron a 167,6 millones de euros, un 17,5% menos. El EBITDA creció un 32,8% hasta los 16,2 millones, con un margen del 9,7%, 3,7 puntos porcentuales por encima del primer semestre del año pasado. La cartera de pedidos se disparó un 43,2%, hasta los 572,1 millones de euros, y la empresa mantiene la previsión de alcanzar 600 millones a final de ejercicio.
El ratio de apalancamiento se redujo a 2,4 veces el EBITDA anualizado, gracias al efecto de la ampliación de capital de 77,2 millones realizada en mayo, que fue sobresuscrita 4,46 veces y está destinada a financiar adquisiciones en Defensa. Este movimiento refuerza la capacidad financiera de Amper, que mantiene su objetivo de cerrar 2025 con unas ventas de 370 millones y un EBITDA de 41 millones.
La actividad se reparte ya a partes iguales entre las dos divisiones del grupo. La Unidad de Defensa, Seguridad y Comunicaciones generó un EBITDA de 8,1 millones, con una cartera de pedidos de 146,4 millones, impulsada por contratos con tecnología propia como sistemas de vigilancia embarcados en drones para la UME o comunicaciones aeronáuticas para el Ejército de Tierra, así como acuerdos internacionales con Airbus, Thales o el Ministerio del Interior de Perú. La Unidad de Energía y Sostenibilidad, con 121,8 millones en ventas y también 8,1 millones de EBITDA, sumó una cartera de 425,7 millones. Destacan en esta área el refuerzo del negocio de almacenamiento energético y un contrato firmado en Guinea Conakry para electrificar zonas rurales.