Rusia anuncia que el volcán Kliuchevskoi en Kamchatka ha entrado en erupción tras el terremoto: «Hay explosiones»

Horas después de producirse el terremoto de magnitud 8,8 en el mar frente a la península rusa de Kamchatka, el volcán Kliuchevskoi, situado en la misma región, ha entrado en erupción. «Vemos una caída de lava incandescente por la ladera occidental. Vemos explosiones y un potente resplandor en la cima», comunicaba la Academia Rusa de Ciencias a través de Telegram.

El Kliuchevskoi, situado a unos 450 kilómetros de la capital provincial de Petropavlovsk-Kamchatsky y el mayor de la cadena volcánica de Kamchatka, es el volcán activo más alto de Eurasia. Formado hace más de 6.000 años, alcanza hasta su cima aproximadamente 4.800-4.835 metros de altura.

Se caracteriza por su gran boca principal de aproximadamente 700 metros de diámetro, donde se estaría produciendo en estos momentos la erupción, y unas 80 fumarolas y conos secundarios en sus laderas. Es considerado como uno de los estratovolcanes más activos del mundo, con más de 100 erupciones registradas en los últimos 3.000 años y actividad casi continua desde 1697.

Su importancia paisajística, con su forma altamente simétrica y cónica, es uno de los principales activos naturales de la región. También posee una dimensión antropológica: es considerada una montaña sagrada para varios de los pueblos nativos de Kamchatka, y el lugar de origen de la creación.

La actividad del Kliuchevskoi se debe al sistema de alimentación magmática de la región de Kamchatka, particularmente eficiente. Se sitúa en una de las zonas de subducción más activas del planeta, el famoso ‘anillo de fuego del Pacífico’, lo que facilita la inyección constante de magma fresco.

Además, ha demostrado ser reactivo a los grandes terremotos regionales como el que acaba de ocurrir. Su rápida entrada en erupción debida a los cambios en la actividad sísmica y tectónica local, otro indicio de su alto grado de actividad.

Del terremoto a la erupción

Los mecanismos que llevan del terremoto a la erupción tienen que ver con la alteración física interna del volcán, aunque se requiere que ya esté en un estado de alta actividad previa, con el sistema magmático preparado. En caso de un volcán aletargado, es extremadamente difícil que se produzca la erupción.

Cambios de esfuerzos tectónicos: Los terremotos pueden modificar las presiones alrededor de la cámara magmática, facilitando que el magma ascienda si la presión supera la resistencia de las rocas que lo contienen.

Aparición o reactivación de fracturas: La energía liberada y las vibraciones pueden abrir nuevas fracturas o ampliar las existentes, creando caminos por los que el magma puede ascender hacia la superficie.

Desestabilización del sistema magmático-hidrotermal: Si existen fluidos en el sistema volcánico, las ondas sísmicas pueden alterar su equilibrio, favoreciendo la liberación de gases o el movimiento del magma.

Inducción de burbujeo en el magma: El paso de ondas sísmicas puede generar burbujas de gas en el magma, aumentando su flotabilidad y presión interna, lo que puede desencadenar una erupción.

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