Antonio Camuñas, expresidente de la Cámara de Comercio España-Estados Unidos y experto en diplomacia corporativa y empresarial, analizó en el programa El Cascabel los efectos y las implicaciones del reciente acuerdo comercial entre Europa y Estados Unidos, así como la situación actual del liderazgo económico europeo en el contexto global.
Camuñas destacó que el acuerdo contempla un arancel general del 15% para la mayoría de los productos europeos exportados a Estados Unidos, salvo el aluminio y el acero, que enfrentan un gravamen del 25%. Según el experto, estos aranceles no solo afectan a los productores europeos, sino que “luego lo pagan aquellos que compran esos productos en Estados Unidos”, generando una limitación en la venta de bienes europeos en el mercado norteamericano.
El expresidente señaló que, si bien la imposición de aranceles no es una política recomendada, puede ser entendida en un contexto coyuntural para corregir desequilibrios comerciales. Apuntó que la verdadera competencia y objetivo de estas medidas proteccionistas es China, que lleva a cabo un dumping constante con productos como el acero y aluminio. Esta práctica genera que productos provenientes de terceros países, como España, Canadá o México, se mezclen en el mercado estadounidense, complicando el control de las importaciones.
Uno de los puntos más destacados por Camuñas fue la reflexión sobre la posición de Europa en la economía mundial. “El acuerdo es magnífico en la medida que nos pone frente al espejo, aunque la imagen que refleja sea desagradable”, afirmó.
El experto lamentó que en el ranking de las 50 empresas más importantes por capitalización mundial, solo una es europea —el grupo LVMH— mientras que el resto son americanas o chinas. Subrayó que esta realidad evidencia que Europa ha quedado rezagada en la era digital, “mientras el mundo se mueve en una esfera 100% digital, nuestra participación se limita a productos analógicos como bolsos”.
Camuñas explicó que esta situación revela la necesidad urgente de que Europa se adapte y busque un rumbo diferente para no perder relevancia. Considera que el “regalo” de Donald Trump, tanto en su política comercial como en la conciencia que ha generado sobre la necesidad de una defensa propia frente a amenazas externas, debe ser tomado en serio para que Europa actúe con autonomía y eficacia.
En este sentido, recordó cómo Trump ha avisado que, si Europa sigue enfocándose en temas como la inmigración incontrolada y no fortalece su posición económica y política, “no va a quedar de Europa nada”. Camuñas también mencionó la respuesta del presidente francés Emmanuel Macron, quien, pese a defender una postura europea más dura en el comercio, “da igual lo que diga”, reflejando la debilidad de las posiciones europeas frente a Estados Unidos.
Antonio Camuñas cuestionó el optimismo que algunos sectores europeos muestran respecto al crecimiento económico. Según él, ese crecimiento se basa fundamentalmente en “un gasto público constante y un empleo público en aumento”, mientras que la productividad sigue cayendo desde hace dos décadas.
Alertó sobre la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos: “Cada vez compramos menos cosas con el mismo dinero y nos tenemos que privar de más”, lo que supone un desafío para el futuro de la economía europea.
En resumen, Camuñas invitó a la reflexión profunda sobre la situación real de Europa, frente a relatos optimistas que no siempre reflejan los datos esenciales, y a enfrentar con valentía los retos que plantea el nuevo escenario internacional.